sábado, 21 de enero de 2012

Los militares y el 7 de Octubre. Artículo de Francisco Olivares

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Es un dilema cuáles son las verdaderas aspiraciones de las nuevas generaciones de militares

FRANCISCO OLIVARES
Twitter: @folivares10
eluniversal.com/


En estos días Chávez confesó que poco antes de las elecciones de 1998 un alto oficial le garantizó que de ganar los comicios serían reconocidos los resultados. Nada fuera de lo normal en un país que llevaba cuarenta años de transiciones pacíficas y había adquirido un sano aprendizaje institucional en el cual los gobiernos se renovaban cada 5 años.

Poco después de la toma de posesión haría una revelación que al momento pasaría desapercibida. Dijo que él no sería como los otros presidentes que se retiraban a los cinco años. Un país que celebraba la muerte de las instituciones democráticas, no repararía en el alcance de aquellas palabras. Han pasado 13 años y aquel inexperto presidente busca alargar a 19 años su permanencia en el poder.

Cambiando la Constitución, violando leyes y destruyendo el poder económico, logró conquistar aquel sueño de poder que ha perdurado por más de dos períodos.

El soporte de todas sus acciones estuvo desde luego apuntalado en el poder económico detentado desde la industria petrolera, intervenida después del paro de 2002 y el poder militar, transformado en milicia, al servicio del proyecto político. Todo ello proyectado a través de su carisma personal que logró conectar con un sector importante de la población.

El nuevo poder militar se nutrió en la generación del 4F y del 27N que fueron reinsertados en las filas castrenses. Hoy esa generación ostenta los principales cargos de comando en la FANB reforzada con nuevos cuadros formados militar y políticamente en Cuba.

En el año 2007 ese proyecto "socialista" inspirado en el modelo cubano fue presentado a consulta electoral para cambiar radicalmente la Constitución democrática. Pero a pesar de las maniobras del CNE y de la presión del propio Presidente, hubo de ser reconocida la derrota, luego que sus propios mandos militares le advirtieran las consecuencias que devendrían de no reconocer los resultados.

Aquella cúpula militar está hoy más alineada que hace 5 años, anuncian abiertamente su adhesión política a la revolución y llaman a las nuevas generaciones militares a adherirse al proyecto político. De allí que muchos duden de si en un escenario de triunfo de la oposición el 7 de octubre, prive la institucionalidad para reconocer la derrota o la ideología para voltear los resultados.

Pero Chávez no es el mismo caudillo de 2007. Lleva consigo una larga lista de fracasos y una capacidad severamente disminuida. Es un dilema cuáles son las verdaderas aspiraciones de las nuevas generaciones de militares y si a la hora de un fraude sabrán presionar a sus jefes para restituir el camino democrático del país.

Twitter:@folivares10

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