Por Nailibeth Parra Carvajal
Diario La Verdad
Desde la última elección presidencial, los números de los adversarios al chavismo crecen en la mayoría de las regiones. Según los resultados de los cinco procesos anteriores, el voto rojo rojito mantiene un liderazgo casi irreversible en Barinas, Cojedes, Portuguesa, Trujillo y Delta Amacuro
Desde 2006 el chavismo viene en caída libre. La última elección presidencial en la que se midió el presidente Hugo Chávez sirve como punto de partida para evaluar el crecimiento sostenido que ha demostrado la oposición desde entonces.
Los cinco estados con mayor población electoral en el país han venido reaccionando en contra del oficialismo y lentamente los adversarios al Gobierno nacional se apoderaron de las zonas con más alta participación, mientras el chavismo no logra recuperar los votos perdidos a partir del referendo constitucional de 2007.
Así, Zulia, Miranda, Distrito Capital, Carabobo y Lara se configuraron en las elecciones parlamentarias de 2010 como capital político para el bando que el 7 de octubre representa a Henrique Capriles Radonski.
Estas regiones, sumadas a Anzoátegui, Táchira, Nueva Esparta y Amazonas demostraron que su intención de voto pasó de prooficialista a proopositora.
El Zulia, entidad con mayor concentración electoral (12,4 % del Registro Electoral), pasó de votar en 2006 por el oficialismo a formar una línea ascendente pro oposición en las últimas cuatro elecciones nacionales.
Situación similar sucede en Miranda y Carabobo. Mientras que hay zonas como Distrito Capital, Aragua, Bolívar y Mérida, donde el crecimiento de la Unidad Democrática comenzó un crecimiento a partir de 2007 y en 2010 dieron paso a un empate entre los dos bloques políticos.
Rojos a muerte
El voto oficialista sigue apoderado de los estados con población más rural.
Hasta 2010 la oposición no había logrado cambiar la intención de los electores en Apure, Barinas, Cojedes, Falcón, Guárico, Monagas, Portuguesa, Trujillo, Yaracuy, Delta Amacuro y Vargas, aunque en alguno de estos estados las divisiones internas, los saltos de talanquera y la merma en la intención del voto hicieron que la brecha se redujera a menos de 10 puntos.
En Vargas, por ejemplo, el voto progobierno pasó de 70 por ciento en 2006 a 55 en 2010.
Espontáneos vs. maquinaria
Los analistas advierten de que, aunque es un gran avance de la oposición el crecimiento de sus votos en los estados más urbanos, para las elecciones presidenciales eso no es suficiente.
“Estamos en presencia de una consulta polarizada. La elección presidencial históricamente arrastra más participación que cualquier otra. Y mientras la oposición se apodera de la clase media, el oficialismo sigue enclavado en el voto rural”, señaló Jesús Castillo Molleda, politólogo y profesor de la Universidad Rafael Belloso Chacín.
A su juicio, la oposición y el oficialismo se enfrentarán con el voto espontáneo y la maquinaria. “Capriles tiene que lograr que la clase media se movilice por sí sola, mientras que el chavismo está preparado para garantizar su 1x10”.
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