Cuarenta días.
Se trata de un esfuerzo colectivo, de alcance nacional, de importancia vital para el destino del país
ALFREDO YÁNEZ MONDRAGÓN
En Twitter: @incisos
Fortalecer el proceso de elecciones primarias para la selección de un candidato a la presidencia que represente la esencia aspiracional del venezolano es un objetivo claro y concreto; no admite ambivalencias. Las primarias deben convertirse en una aclamación. La sociedad que muchas veces sienta a esperar; debe levantarse, tomar la iniciativa, hacerse partícipe, dueña, anfitriona, de un proceso trascendental; de un proceso que nos pertenece a todos. La selección del personaje que reúna el perfil adecuado para acometer la crisis -actual y por desatarse- amerita de todos los métodos posibles de filtro y de conexión con el sentimiento popular. Necesita decisión personal del candidato; urge de apoyos partidistas, requiere de consensos entre grupos de interés, y por supuesto exige el aval de millones de votos -voluntades- para que la propuesta sea sostenible. No hay verdades a medias, ni estrategias milimétricas en la solicitud de llenar de contenidos reales, concretos, sólidos... a este concepto de primarias que está suelto por la calle, sin que se entienda con nitidez la fuerza que encierra; el doble filo que corta. Debemos apoderarnos de las primarias, debemos convertirlas en nuestro instrumento de mayor credibilidad, en nuestra demostración de compromiso ciudadano, en nuestra campanada de aporte a un sistema que esperamos levantar. La mesa de la unidad democrática (MUD) ha demostrado tener claro los alcances técnicos y logísticos del proceso; ha demostrado capacidad para conseguir consensos. Ahora necesita; porque esto no es un asunto solo que incumbe a la MUD, de la franqueza de aquellos que de verdad queremos una transformación social. Las primarias han de constituirse en una convocatoria multitudinaria; en una lección de compromiso democrático, en un grito abierto; de cara a lo interno; y por supuesto también como voz clara hacia el mundo; de disposición popular a darle un giro a las sentencias autoritarias.
Las primarias pueden pasar; si los venezolanos así lo queremos; de ser un simple método de elección; a una manifestación viva de participación, de lucha, de imposición de agenda local e internacional. Se trata de un esfuerzo colectivo, de alcance nacional, de importancia vital para el destino del país. Imposible que las sigamos viendo, entendiendo y vendiendo como un evento más, como un pasito más en este largo vía crucis en que se nos ha convertido la ruta electoral. Por supuesto que no es sencillo; que hay muchos intereses en juego; que quienes aspiran a participar en el "casting", tienen poca disposición a llenar de contenido real la agenda pública; pero creo que son la única manera que tenemos para que esas conciencias dormidas, descontentas, desencantadas, desesperanzadas; molestas, apáticas... se involucren; se incorporen; aporten. Faltan 40 días. Ahora es cuando tenemos tiempo.
Se trata de un esfuerzo colectivo, de alcance nacional, de importancia vital para el destino del país
ALFREDO YÁNEZ MONDRAGÓN
En Twitter: @incisos
Fortalecer el proceso de elecciones primarias para la selección de un candidato a la presidencia que represente la esencia aspiracional del venezolano es un objetivo claro y concreto; no admite ambivalencias. Las primarias deben convertirse en una aclamación. La sociedad que muchas veces sienta a esperar; debe levantarse, tomar la iniciativa, hacerse partícipe, dueña, anfitriona, de un proceso trascendental; de un proceso que nos pertenece a todos. La selección del personaje que reúna el perfil adecuado para acometer la crisis -actual y por desatarse- amerita de todos los métodos posibles de filtro y de conexión con el sentimiento popular. Necesita decisión personal del candidato; urge de apoyos partidistas, requiere de consensos entre grupos de interés, y por supuesto exige el aval de millones de votos -voluntades- para que la propuesta sea sostenible. No hay verdades a medias, ni estrategias milimétricas en la solicitud de llenar de contenidos reales, concretos, sólidos... a este concepto de primarias que está suelto por la calle, sin que se entienda con nitidez la fuerza que encierra; el doble filo que corta. Debemos apoderarnos de las primarias, debemos convertirlas en nuestro instrumento de mayor credibilidad, en nuestra demostración de compromiso ciudadano, en nuestra campanada de aporte a un sistema que esperamos levantar. La mesa de la unidad democrática (MUD) ha demostrado tener claro los alcances técnicos y logísticos del proceso; ha demostrado capacidad para conseguir consensos. Ahora necesita; porque esto no es un asunto solo que incumbe a la MUD, de la franqueza de aquellos que de verdad queremos una transformación social. Las primarias han de constituirse en una convocatoria multitudinaria; en una lección de compromiso democrático, en un grito abierto; de cara a lo interno; y por supuesto también como voz clara hacia el mundo; de disposición popular a darle un giro a las sentencias autoritarias.
Las primarias pueden pasar; si los venezolanos así lo queremos; de ser un simple método de elección; a una manifestación viva de participación, de lucha, de imposición de agenda local e internacional. Se trata de un esfuerzo colectivo, de alcance nacional, de importancia vital para el destino del país. Imposible que las sigamos viendo, entendiendo y vendiendo como un evento más, como un pasito más en este largo vía crucis en que se nos ha convertido la ruta electoral. Por supuesto que no es sencillo; que hay muchos intereses en juego; que quienes aspiran a participar en el "casting", tienen poca disposición a llenar de contenido real la agenda pública; pero creo que son la única manera que tenemos para que esas conciencias dormidas, descontentas, desencantadas, desesperanzadas; molestas, apáticas... se involucren; se incorporen; aporten. Faltan 40 días. Ahora es cuando tenemos tiempo.
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