domingo, 4 de diciembre de 2011

Sorpresa electoral. Artículo de Alfredo Yánez Mondragón


ALFREDO YÁNEZ MONDRAGÓN
En Twitter: @incisos
eluniversal.com



Conectar. Ese es el meollo de toda campaña electoral. Conseguir el cable a tierra que identifique lo que la sociedad reclama, en su justa dimensión, con los postulados concretos del candidato, del programa a implementar. Si eso se logra; si esa interpretación se valida, entonces el trabajo avanza, y ya no importan los ataques -propios y extraños- porque un aval ciudadano los repele.

En el país ha habido múltiples intentos de conexión. Unos más acertados que otros; unos más ganados a la idea del bajo perfil, otros en tono de confrontación. Unos desde la fuerza que imprimen los partidos, otros desde la acera manipuladora de la antipolítica. Unos apelan a la esperanza, como recurso místico; otros a la verdad cruda, como motivación que impulsa.

En los últimos tiempos, en clara lectura de una necesidad de cambio, de transformación, se estructuró una alianza de partidos, la Mesa de la Unidad Democrática, que ha intentado nutrirse de todas esas propuestas de conexión. Su amplitud hacia la sociedad es evidente -pese a los críticos de siempre- y la presencia de tres precandidatos presidenciales del sector independiente, que no tienen representación directa en la MUD, la ratifican.

Esa alianza y esa amplitud están por encima de cualquier ambición personal. La conexión más clara entre esa vida política que allí se dirime y la sociedad plural que pulula, que sufre, que padece, que opina, que se escapa y regresa, está precisamente en la validación de un equipo plural, de un engranaje que trabaja, independientemente de las diferencias de estilo de cada vocero.

Los estudiosos de los fenómenos sociales tendrán que explicar -ojalá pronto- las razones por las cuales unos mensajes llegan a la gente, y la emocionan, y la motivan, y la inspiran, y por qué otros no. Los estudiosos de la política tendrán que explicar, más allá de argumentaciones bufas y prejuiciadas, por qué un discurso directo, sin ambages ni remilgos, llega, penetra, impacta; y otros no.

Los no estudiosos, los que simplemente vivimos y padecemos, y sufrimos... tenemos la inmensa responsabilidad de entender que más allá de las euforias, de los fanatismos; nos corresponde animarnos entre todos, en el afán de que cualquiera sea la sorpresa electoral que resulte de la interpretación de los discursos y de sus estilos, a partir del 13 de febrero próximo, el reto de la reunificación del país nos debe empoderar a todos.

A estas alturas es imposible concebir un próximo gobierno sin el concurso de todas esas propuestas, sin todos y cada uno de quienes hoy siguen a determinado candidato, sin validar que hay esfuerzos de reconstrucción y de visión de un país donde se desmonte la impunidad, donde vayamos todos para arriba, donde se avance por un camino de progreso, donde haya un futuro seguro para todos, uno que en definitiva sea una mejor Venezuela.

Si logramos asimilar esto, entonces, estaremos en capacidad de dar una sorpresa electoral.

incisos@hotmail.com

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