Manuel Corao
noticierodigital.com
A principios de semana, a la hora convocada, los venezolanos nos sentamos ante el televisor globalizado y la radio mundial a ver y escuchar el tan ansiado debate de ofertas electorales convocado por la Mesa de Unidad Democrática en Venezuela. Aun cuando eran seis los pre-aspirantes hasta escasas horas antes, solo asistieron cinco ya que el sexto, Pablo Medina, no pudo cumplir con la totalidad de los requisitos económicos solicitados. Igual suerte, por mismos motivos que Medina, corrieron otros aspirantes de indudables méritos para regir la patria.
No hubo tal debate. Esperábamos una confrontación de criterios con posiciones encontradas donde algunos coincidieran y otros criticaran incisivamente. Sin duda, existen sobradas razones para expresar enfado ante un evento que no fue lo que se nos indicó y estamos acostumbrados por el latiguero de Barinas. Habituados a ver a Chávez violento, infractor por despecho de los derechos del adversario, atropellador del necesitado, saqueador de ilusiones, abusador de los medios y ave de rapiña del progreso de otros; captar que los contendores políticos se saludan previamente e insistir que los presentes reciban sus buenos deseos, nos dio la sensación de estar ante algo “nunca visto”, tan distante es mi recuerdo.
Esta cita me hizo olvidar la confrontación y avizorar el intercambio de ideas, descartar la burla hacia el disidente al advertir la tolerancia de opiniones, dar por pasado el mensaje alienante al otear el pluralismo ideológico, descartar el dogma a ultranza cuando distingo el respeto a las tendencias y dar por tierra el privilegio de unos pocos cuando vislumbro el derecho del otro. Sin duda sus actores presentaron la unidad como una realidad, algo que casi habíamos olvidado. Estamos ante otra época, la que regirá el devenir de los venezolanos.
Una exposición de los principales problemas –seguridad personal, educación, corrupción administrativa, administración de justicia, oportunidades de trabajo, policías confiables, rehabilitación del reo– fueron abordados por Leopoldo López, Pablo Pérez, María Corina Machado, Enrique Capriles Radonsky y Diego Arria. Sin complejo alguno coincidieron en su génesis y fórmulas de recurso; los males sociales no tienen soluciones mágicas.
En mi comentario en CNN en español, luego de la programación en Venezuela, destaqué la unión como el gran triunfador de este primer escarceo. Con honestidad sentí que así era ya que coincidieron los concurrentes en los males de la sociedad y en la concertación de sus dirigentes, sean de cualquier corriente, la vía para solucionarlos. Con acertada incidencia, el intelectual Carlos Alberto Montaner destacó en la misma producción ante CNN la presencia de Hugo Chávez en cadena nacional de TV, previa al “Debate”, tratando de restarle audiencia a la reunión. Esto me lleva a pensar que el mandatario barinés estaba temeroso de la producción inherente.
La controversia ya arrancó pero dentro de normas claras y conocidas. Ante tal circunstancia el pueblo manifestó en las consultas de intención de voto escoger en el 2012 a otra persona para gobernarnos. Todos apostamos a la paz electoral, sin embargo Chávez y sus huestes intentarán reiteradamente atemorizar al pueblo, pero como en el pasado serán arrinconados.
Sin duda alguna todos los precandidatos estuvieron a la altura del país, respetando sus estilos y formas, razón por la cual expreso con convicción que la campaña de la MUD será el preámbulo del retorno al poder de la oposición, con cualquiera de sus aspirantes.
Debo destacar las palabras de María Corina Machado y Diego Arria en el encuentro. Machado hizo un llamado emotivo, novedoso e inédito formulado con un lenguaje campechano y de carácter al pedir que se atrevan a votar por una mujer para presidente de la república. El embajador Arria no vaciló en aprovechar el estelar momento para ratificar lo que ha sido su retórica y prédica moral pública; llevar a Hugo Chávez ante el Tribunal Internacional de La Haya para ser juzgado por delitos de lesa humanidad.
Todos a la calle, apoyemos el aspirante más afín con nuestro pensamiento y conducta, participemos en esta romería, avancemos hacia el triunfo genuino y rechacemos cualquier arrebato entre gallos y medianoche. Los violentos le huyen pavorosos al que participa y someten vilmente a quien no protesta ante la inopia. Vamos juntos por nuestra Venezuela, esa de los techos rojos, los campos floridos y las manos blancas, la de siempre.
Manuel Corao es Director de Venenoticias
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