domingo, 20 de noviembre de 2011

Los temores de Hugo Chávez. Artículo de Fernando Ochoa Antich


FERNANDO OCHOA ANTICH
eluniversal.com


Hugo Chávez está asustado. No tengo la menor duda en afirmarlo. Es la única explicación que le encuentro a su exagerada actividad de estos días. No es fácil entender que, faltando tanto tiempo para las elecciones, se encuentre prácticamente en medio de una campaña electoral que ni el momento político lo exige ni su estado de salud se lo permite. Hay que reflexionar sobre esta situación para entender realmente lo que está ocurriendo en Venezuela. No podemos confiar en las encuestas. Sus resultados, favorables a Hugo Chávez, no justifican este esfuerzo. Si en realidad su popularidad se acerca al 60% y la valoración favorable de su gobierno a 70 %, qué razón puede haber para arriesgar su vida y además comprometer el destino económico de Venezuela.

Normalmente, los gobiernos hacen encuestas. Estoy convencido que un político tan perspicaz y desconfiado como Hugo Chávez debe realizarlas permanentemente. Los resultados deben ser totalmente diferentes a los obtenidos por las empresas encuestadoras. Si así fuera, la situación política empezaría a tener cierta lógica. No es posible negar, que la oposición democrática ha logrado, desde hace varios años, éxitos políticos muy importantes que han influido, de manera trascendente, en la opinión pública. La recuperación de su prestigio comenzó desde las elecciones presidenciales de 2006. Es verdad, que en esas elecciones Hugo Chávez obtuvo un triunfo avasallador, pero es innegable que el acuerdo político alcanzado tuvo un profundo significado.

Dejó en claro que el liderazgo político había aprendido la lección: era necesario rectificar profundamente la estrategia de la oposición para no cometer los mismos errores. A partir de ese momento, se ha sido inflexible tanto en el objetivo como en la forma de alcanzarlo: derrotar a Hugo Chávez a través de la vía electoral. Es imposible negar que a partir de las elecciones presidenciales de 2006, la oposición democrática sólo ha obtenido grandes triunfos políticos: el rechazo popular a la reforma constitucional del año 2007, la derrota del chavismo en las elecciones parlamentarias de 2010 y, ahora, la creación de la Mesa de la Unidad, la organización de las elecciones primarias y la certeza de que la oposición sólo tendrá un candidato para enfrentar a Hugo Chávez.

Es posible que estos éxitos políticos hayan alertado al gobierno de Hugo Chávez. Definitivamente, el año 2012 va a ser muy complejo para el régimen: la oposición democrática se ha transformado en una fuerza de opinión nada despreciable. Además, es imposible no valorar un conjunto de fortalezas que resaltan a simple vista: la unidad, el perfil de los candidatos, el novedoso mensaje y fundamentalmente el llamado a la concordia nacional. Los venezolanos están fatigados del permanente enfrentamiento, de las descalificaciones y de la siembra de odios. Ese fue el éxito más resaltante del debate. Unos candidatos que demostraron no sólo un profundo conocimiento de la realidad nacional sino un permanente respeto a las ideas del adversario.

El problema electoral del próximo año no se limita a estas indiscutibles fortalezas de la oposición, sino a un conjunto de debilidades que presenta Hugo Chávez como candidato y la pésima valoración que hacen los venezolanos de su gobierno. Empecemos por el candidato oficialista: su imagen es realmente patética. No tiene nada que ver con aquel joven que, en 1998, logró impactar el sentimiento popular. Ahora se ve viejo, enfermo, con un mensaje repetitivo, que cada día impacta menos a la opinión pública. Además, su gobierno ya no produce ilusiones. Por más que, sin escrúpulos, engañe a los más humildes con ofrecimientos irreales y asistencialistas. Un buen ejemplo es la misión vivienda. Ni siquiera ha podido resolver la tragedia de los damnificados.

Hugo Chávez es muy peligroso. Su ambición de poder puede conducirlo a tomar un camino equivocado. Su permanente prédica en los cuarteles para convencer a la Fuerza Armada de un supuesto odio de la oposición a sus miembros es totalmente inaceptable. Señalar que la oposición no respetará el resultado de las elecciones es una absoluta irresponsabilidad. Ninguna, de esas dos afirmaciones son ciertas. Pablo Pérez le respondió, con gran firmeza, que la oposición no sólo respeta a la Fuerza Armada, sino que entre sus planes está el fortalecimiento de un sistema de seguridad social eficiente. La oposición nunca ha dicho que va a desconocer el resultado electoral. Lo que sí ha afirmado, es que el ventajismo, entre ellos las cadenas y el control mediático, es en cierta forma un fraude electoral.

fochoaantich@gmail.com

1 comentario:

  1. yo pienso que aunque no lo queramos el Chavez gana de nuevo ese tiene todo comprado.

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