EUGENIO G. MARTÍNEZ
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Sonará a lugar común, pero la elección presidencial se definirá, como ocurrió en el referendo constitucional del año 2007, por la movilización de votantes. No en vano, la estrategia de intentar desmovilizar a la base electoral del adversario es la que está recibiendo más importancia en los distintos actos de cierre de campaña de esta semana.
Dentro de esta guerra de estrategias para desmovilizar al adversario las redes sociales juegan un papel primordial. Curiosamente, el votante pro-oposición es el que suele ser más activo en difundir informaciones dirigidas a desmovilizar electores. Lo curioso es que estos electores se hacen eco y distribuyen de forma viral informaciones y datos que afectan a la base electoral del candidato que apoyan.
En el conteo de "auto goles" que se marca cada votante de oposición al distribuir cadenas de Blackberry la denuncia referida a los números de cédula de identidad entre 1 y 999 es la última de una serie de desafortunadas cadenas que desmotivan a los electores pro-oposición e independientes.
Para aclarar el tema, existen 101 personas habilitadas para votar con números de cédula entre 1 y 999, lo que equivale a 0,0005% del Registro Electoral. ¿Suficiente para perpetuar un fraude? Parece que no. Si la revisión se hace entre la cédula 1 y la número 5.000 entonces se descubren a 447 personas habilitadas para votar, lo que equivale a 0,002% del Registro Electoral. ¿Suficiente para perpetuar un fraude?, la cifra pareciera que puede ayudar poco a torcer la voluntad popular.
No obstante, aunque insuficientes para generar un fraude, los números de cédulas inusuales, sacados de contexto, tienen un impacto contundente sobre la base electoral de uno de los candidatos.
Algo similar ocurre con los temores sobre el secreto del voto. ¿Quiénes son los que más creen que el voto no es secreto? Según Datanálisis el temor por el secreto del voto afecta más a los electores pro-oposición e independientes, que a los electores pro-gobierno. En esencia, el elector que apoya a Chávez no duda del CNE, ni del secreto del voto.
Como faltan tres días para las elecciones es bueno reiterar algunas respuestas a las preguntas más reiteradas de estos días:
1) ¿Y si el CNE cambia los resultados?
En nuestro sistema existe algo que podemos llamar la traza de papel, que garantiza que los resultados no se modifiquen, o sea muy sencillo detectar si alguien lo intenta hacer. Son cuatro pasos básicos los que componen la traza de papel:
La máquina de votación emite un comprobante de votación, que es verificado por el elector. La máquina de votación imprime actas con resultados antes de conectarse y transmitir al CNE. Después de transmitir se entregan copias de las actas a los testigos y estos comparan con acta original.
Después de cerrar todas las mesas de un centro se eligen las mesas a auditar. El 54% de las urnas se abren y se cuentan los votos. Se coteja los resultados de las actas impresas por la máquina de votación.
Los resultados totalizados y publicados en la página web del CNE se pueden cotejar con las actas impresas por la máquina de votación y en manos de los testigos de los partidos políticos.
2) ¿Y si transmiten los resultados a un centro de totalización paralelo en donde cambian los resultados?
La sala de totalización (CNT1) siempre ha estado ubicada en la sede del CNE en Plaza Caracas (y en ella la oposición siempre ha tenido testigos). En todos los procesos existe otra sala de totalización de respaldo (CNT2) en caso de falla de la sala principal. La CNT2 primero funcionó en la Torre El Chorro (avenida Universidad del Distrito Capital) y desde 2007 fue trasladada a la sede de la Universidad Bolivariana de Venezuela. Para la elección del 7 de octubre la CNT2 funcionará en la sede del CNE ubicada en el edificio Caracas Teleport. En esta sala también existe presencia de los técnicos acreditados por la oposición.
3) ¿El voto es secreto?
El secreto del voto se garantiza porque se almacenan los votos emitidos de forma aleatoria, las máquinas registran todos los votos con la misma hora (así se impide la secuencia), además reordenan aleatoriamente la secuencia en que fueron emitidos, encriptan esta información y luego, al cerrar la votación, contabilizar los votos, imprimen el acta y luego transmiten los resultados. Los métodos de reordenamiento aleatorio han sido usados y verificados en elecciones anteriores, incluso en las elecciones en que ha ganado la oposición en 2007, 2008 y 2010.
Por último, los procesos electorales en Venezuela han demostrado que -además de evidente desequilibrio en la campaña y en la administración de la ley electoral- las elecciones se ganan o se pierden por votos y por no poder garantizar testigos en todas las mesas. Un consejo: deje de reenviar cadenas y enfoque sus energías en despejar dudas, garantizar que el voto es secreto y, evidentemente, acudir a votar el domingo.
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Que opinan del rumor de que inscribieron a 4 millones de cubanos en el registro electoral?
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