Con nuestro voto secreto y masivo abriremos la puerta del progreso, de la conciliación y del respeto
MARTA COLOMINA
ElUniversal.com
Bastaría la confirmación rotunda y pública del embajador de Venezuela en La Habana de que "votar por Chávez es votar por Fidel Castro", para no darle el voto al candidato oficial y a su empeño en llevarnos "al mar de la felicidad". El embajador chavista corrobora aquel dicho público de Raúl Castro en una visita a su financista venezolano: "Cuba y Venezuela son la misma cosa". El propio Chávez dice que, de ganar, crearía las comunas (o sea, el comunismo), figura que no está en la Constitución y con la cual desaparecerían alcaldías y gobernaciones, además de apoderarse de lo que queda del sector empresarial del país y liquidar la propiedad privada en todas sus formas.
A pesar de haber dispuesto de muchos más recursos que todos los presidentes anteriores juntos ($ un billón 400 mil millones) Chávez nos deja el país devastado: dominado por el hampa, endeudado, sin que haya construido carreteras, autopistas, puentes, escuelas, hospitales, ni cárceles. No ha hecho ni el mantenimiento a las numerosas obras de infraestructura heredadas. Después del show en cadena de la repatriación del oro con el cuento de que "en Venezuela estaba más seguro, lejos de la voracidad del Imperio" nos enteramos por el FMI que el BCV vendió más de 10 toneladas de oro de nuestras reservas internacionales porque no tiene dólares, a pesar de que el barril de crudo sigue a $100. En Cadivi no aprueban divisas para medicinas, ni para alimentos, de ahí la escasez.
Desde aquel "millardito" hasta hoy, Chávez ha quebrado el BCV, al que solo llega 40% de los petrodólares de Pdvsa. El 60% restante se queda fuera del país o en fondos paralelos que Chávez dilapida en corrupción, en financiar a Nicaragua, Cuba, Bolivia y otros, en comprar armas de guerra a Rusia y China, y en importar alimentos e insumos que han ido desapareciendo de la producción agrícola e industrial venezolanas por el acoso oficial. Henrique Capriles reactivará sectores tan estratégicos para abastecer el país y generar empleo.
Cuando Chávez centralizó la salud de los estados, Capriles creó un nuevo sistema sanitario en Miranda que presta una atención de gran calidad, mientras que los hospitales públicos están en ruinas, con los equipos de radioterapia dañados y la terapia oncológica suspendida. Los contratos de mantenimiento de 53 aparatos de radioterapia comprados "mediante convenio millonario a Argentina, están vencidos y las máquinas fallan constantemente" (EN 23-09-12). El fracaso de Chávez en inseguridad ha sido tan imperdonable, que "las heridas de bala pasaron a formar parte de las emergencias pediátricas: cada vez son más los casos de niños y adolescentes víctimas de la violencia".
Con sus pocos recursos, Capriles ha cumplido un exitoso plan de viviendas en Miranda. Chávez, ahora con prisa electoral, muestra en cadena edificios sin concluir ("pintaditos en el cascarón" dice Bocaranda). Los pocos que ha entregado están sin ductos de basura, ascensores y hasta sin servicios. Quiere mostrar sus obras, pero solo encuentra "primeras piedras". El año escolar se inició con 60% de las escuelas deterioradas y sin el PAE. El metro avanza solo en maquetas, puentes caídos y vías con cráteres. Nada justifica las fallas eléctricas cuando el Gobierno ha dispuesto de más de $ un billón. Hasta agosto se registraron 501 fallas mayores a 100 Mw. Pdvsa da a Nicaragua $6 mil millones para una refinería y en Venezuela regatea la indemnización a familiares de los fallecidos y a propietarios de las viviendas destruidas en Amuay, que opera a mitad de su capacidad (EN 19-09-12).Y así estará hasta que el presidente Capriles tome las riendas de la industria. El desastre petrolero se repite en las empresas básicas de Guayana: la desinversión ha aniquilado la producción y puesto en peligro la vida y condiciones de sus trabajadores.
Capriles dignificará la justicia que Chávez ha prostituido, la educación que ha ideologizado y los derechos humanos que ha violado. Capriles lidera la intención de voto de las encuestas serias y los medios internacionales ya no dudan de que aventaja a Chávez. "Aquí no habrá ninguna guerra civil. Eso solo está en la mente de Chávez quien cree que la FAN es suya" asegura el general Raúl Salazar, primer ministro de la Defensa de Chávez, convencido de que la FAN reconocerá los resultados electorales. Que al candidato-presidente y sus violentos no se les ocurra torcer la decisión del pueblo en las urnas, porque aquí estarán todos los medios del mundo informando y tomando nota del comportamiento de la FAN y del CNE.
Con nuestro voto secreto y masivo y con Henrique Capriles presidente, abriremos la puerta del progreso, de la conciliación y del respeto necesarios para alcanzar la convivencia perdida.
mcolomina@gmail.com
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