Carlos Valero
En Twitter: @carlosvalero08
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El CNE aprobó las reglas de publicidad para las elecciones del 7 de octubre. La importancia de las normas en la convivencia social fue trabajada por el economista, Douglas North, quien las definió “como las reglas de juego de una sociedad. Las limitaciones ideadas por el hombre que dan forma a la interacción humana” Traigo a colación el concepto de North para dejar claro que las normas recién aprobadas tienen unas consecuencias para el desarrollo de la campaña, que estamos en la obligación de advertir, y de esa forma superar los obstáculos institucionales para lograr nuestro objetivo de ganar y ganar muy bien.
Teniendo claro además que estamos frente a un sistema político que los politólogos definen como un “autoritarismo competitivo”, el cual toma del concepto de democracia la convocatoria a elecciones como herramienta de legitimación, pero va a ella con ventajismo, haciendo uso indiscriminado e inescrupuloso de los recursos públicos y generando reglas que los beneficien y coloquen minas en el caminos de los adversarios políticos. Ustedes se preguntarán: ¿se puede competir en esas condiciones? y más importante aún, ¿se puede ganar?. La respuesta es SI. Definitiva y absolutamente SI se puede ganar.
¿Cómo ganar frente al ventajismo, el uso de los recursos públicos y la falta de un árbitro con el poder institucional y el compromiso ético de garantizar el equilibrio? Lo primero es confiar en el poder transformador de la gente, del pueblo. No existe norma capaz de torcer la voluntad de un pueblo decidido a vivir mejor.
Sobrados ejemplos avalan esto, el desmoronamiento del muro de Berlín y con ello el llamado socialismo real soviético, que si era producto de una auténtica revolución socialista que estaba armada y llegó a disputarle la hegemonía mundial a los EEUU. Más cercano a nuestra tierra y cultura tenemos el caso de Fujimori en Perú y del triunfo de la concertación en Chile cuando derrotaron la dictadura.
En Venezuela ocurrió algo similar en el año 1998 cuando las élites dominantes del momento dividieron las elecciones, cambiando las reglas electorales para tratar de impedir el triunfo del actual presidente.
Por otro lado es condición necesaria la existencia de un liderazgo maduro, sintonizado con las necesidades de las grandes mayorías, capaz de desprenderse de la política pequeña que busca mantener parcelas y se ocupe de construir y mercadear un proyecto de país alternativo, que incluya a sectores importantes del antiguo régimen y le garantice al país en su conjunto paz, tranquilidad y prosperidad.
Ahora bien la tarea no es fácil, no podemos dejar que el liderazgo alternativo del progreso haga todo el trabajo. Ellos limitaron a 3 minutos la propaganda por televisión de los candidatos sin poner coto a las cadenas presidenciales, asimismo quieren limitar el financiamiento que los particulares le den a la campaña de @hcapriles, pero ninguna instancia pública como la Contraloría se pronuncia ante el abuso de los recursos de todos los venezolanos en la campaña del candidato del gobierno. Sin embargo, no pueden evitar que nosotros dediquemos tiempo y esfuerzo a convencer a los electores aún indecisos y organizarnos en torno a los centros electorales para que nadie se quede sin votar y garantizar la transparencia del proceso.
Finalmente, el contacto y las interacciones de @hcapriles con los venezolanos deben seguir siendo claras, directas, hablando de los problemas cotidianos y ofreciendo soluciones ejecutables en el corto plazo.
El mejor antídoto contra un esquema institucional perverso y adverso es seguir construyendo una mayoría organizada, comunicada entre sí y que se movilice frente a las trampas. Tenemos que confiar en @hcapriles y su equipo y aportar nuestra fuerza en la calle haciendo campaña permanente hasta el 7 O. Frente a 9 millones de votos, recuerdo aquella vieja frase de Moleiro: “será inútil”
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