viernes, 13 de enero de 2012

¡A un mes de las primarias!. Artículo de Gabriel Reyes

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Gabriel Reyes
runrun.es/


Faltando un mes para la celebración de un proceso inédito en nuestra historia republicana son muchos los elementos que deben ser incluidos en un análisis cercano a la realidad del país y a este proceso en particular.

Venezuela, atraviesa una crisis muy particular. Inseguridad, inflación y desempleo, decoradas con el reforzamiento de una estrategia perversa de clientelizar al elector por medio de dádivas en metálico que buscan distorsionar la realidad creando espejismos de liquidez, vendiendo la esperanza de viviendas en maquetas y trabajos en gráficos que ilustran la falta de escrúpulos de una demagogia electorera que pretende hacer lo que no han podido en 13 años.

En este país, donde la necesidad tiene cara de perro, el gobierno apuesta, una vez más, a generar el desestimulo al proceso interno del disenso, con la amenaza de validar quien participe para excluirlo de esta suerte de inmensa piñata donde la bolsita a repartir es cada vez más pequeña, pero que es agradecida y en muchos casos necesitada. Tal vez por eso, la seguridad y certeza con la que el único vocero del “proceso” asegura que “ordenará” que las calles queden solas para “validar el fracaso electoral de la oposición”. Esta estrategia, hábil como mezquina, generará una abstención coyuntural para nada despreciable en los sectores más populares de las principales ciudades del país. Y eso es lo que el oficialismo espera, para que, independientemente del resultado de los comicios primarios, desarrolle toda una campaña de desmotivación y desesperanza que busque el desistimiento a la participación para Octubre.

Ahora bien, el proceso interno del PSUV, con todos los recursos empleados, llamado presidencial, etc., no reunió a tres millones de votantes. Tal fue el fracaso en la convocatoria que nunca se han publicado las cifras de ese evento, tal vez porque sería evidente la baja estima que el venezolano de a pie siente por quienes han insertado al pobre a un gobierno y no a la sociedad.

Por lo antes expuesto, considero que dentro de un mes asistirán alrededor de dos millones y medio de electores, cifra que no resulta generosa, si contamos con la extrapolación de la participación en el proceso electoral parlamentario del 2010. Y de aquí se desprende la variable que, a mi juicio, otorgará la victoria al próximo presidente de todos los venezolanos: La Maquinaria Política.


Todos los estudios de opinión publicados, objetivos algunos, sesgados muchos, parecen indicar que la intención de voto para el 12 de febrero está clara y bien definida. Un candidato, quien siempre estuvo en la punta, sin mayor desgaste, en una campaña inteligente que no demostró sus carencias y maximizó los resultados de su gestión administrativa, representa la primera opción de la mayoría consultada. Henrique Capriles conservará esa primera opción, a menos que algo extraordinario suceda, que hasta ahora no está planteado.

Pero no es la intención de voto la variable que más priva en estos peculiares procesos. El candidato que aparece segundo en todos los estudios y cuyo vertiginoso ascenso ha reducido su marcha en las últimas semanas, Pablo Pérez, tiene la oportunidad por varias vías de hacerse con la victoria, bien sea por la capacidad de las organizaciones que lo apoyan de construir el voto a partir de la movilización efectiva, herramienta donde los adecos y exadecos, adecos todos, tienen un doctorado, o recibiendo el apoyo de otro candidato, que en una buena posición, decida completar la fórmula presidencial ocupando el puesto de segundo a bordo. Ambas posibilidades son reales y con probabilidad mucho mayor que cero, y en estas circunstancias, me atrevo a asegurar que nada está seguro para el 12 de febrero.

Las interesantes propuestas de María Corina Machado y Diego Arria, independientemente de los votos que reciban, no pueden quedar en el tintero. Ambos han planteado fórmulas inteligentes y muy auténticas: Machado invita a salir de la pobreza generando riqueza, y Arria, nos invita a entender que Venezuela vive un Estado de Excepción que requiere un tratamiento especial que permita la reinstalación de la democracia en Venezuela en un gobierno de transición. La MUD, considero, debe incorporar ambos postulados como parte de esa oferta contundente que derrote al oficialismo en el próximo diciembre. Pablo Medina no será un derrotado. Creo que abrirá la puerta a la futura participación de un partido laboralista que permita llevar la voz de los trabajadores. La falta de unidad en este sector y el exiguo apoyo de un sector minoritario de los mismos no ha sido suficiente ni para recaudar los fondos suficientes para una campaña más interesante ni para motivar al trabajador a sentirse representado.

El 12 de Febrero es el Día de la Juventud, y ese día los jóvenes venezolanos tienen el deber de darle un ejemplo a Venezuela y al mundo de su deseo de vivir en libertad, de su necesidad de construir un futuro diferente y de su férrea convicción democrática con una participación masiva y ejemplar. ¡Éste es el reto! ¡Y todos, debemos estar en sintonía con la obligación que tenemos con la historia de nuestro futuro!

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