domingo, 9 de octubre de 2011

Encuestas. Artículo de Alfredo Yanez Mondragon

ALFREDO YANEZ MONDRAGON

En Twitter. @incisos

eluniversal.com

Lo volvimos a hacer. La difusión de las encuestas y su respectiva interpretación se convirtieron en el gran motor de la campaña electoral, que dicho sea de paso "no ha comenzado". No hay temas, no ha propuestas, no hay posibilidad real de contraste, lo que sí hay es numeritos, es valoración solo desde la estadística.

Todo en exceso es dañino, decían las abuelas, y la premisa aplica para esta suerte de insumo único que invalida cualquier otra posibilidad de estudio de la campaña y sus candidatos.

Lo que debería entenderse como la foto referencial de un momento, se ha convertido en la columna vertebral de un sistema político negado a dar un paso si antes no está respaldado por los numeritos y las respectivas explicaciones de aquellos que los ponen a rodar.

Cada día de la semana un encuestador nos revela su verdad. Hay suficientes como para que el espectro esté cubierto, y la población reciba, muy masticado, el mensaje claro de una tarea ya hecha.

La efectividad de un trabajo de campo o una ficha técnica, con el indivisible discurso de la credibilidad se encargan de desmontar el ánimo para indagar y conocer propuestas, para interesarse sobre el tema. Con las encuestas basta. Así piensan muchos, ¡Qué pena!

La experiencia acumulada de fracasos, en relación a la coherencia de las encuestas y el resultado final, sobre todo, en cuanto a la imposición de candidaturas por el método de las encuestas parece no decir mucho. Tampoco el bombardeo de numeritos, ni la guerra desatada entre firmas y estilos de difusión.

Es triste que el país se deje someter nuevamente a esta dictadura, impuesta por casas de difusión de estadísticas y por candidaturas que solo existen en función de la burbuja de un muestreo. Es muy triste que el país no advierta la amputación del derecho a contrastar y decidir a la que está sometido.

Hoy vale más un mención interpretada por los sabios de las estadísticas que un mensaje claro, que el contenido de una propuesta, que la profundidad de un discurso o una acción. Ya nos hemos equivocado mucho siguiendo este libreto. Estamos a tiempo de parar una práctica dañina.

Cada elemento es importante en este tránsito, cada quien debe jugar su rol. Excederse en alguno de los ítems, lejos de fortalecernos como sociedad; nos conducirá a resultados similares a los que venimos percibiendo; todo esto a la luz, de las encuestas.

incisos@hotmail.com

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