Ángel García Banchs
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No importa lo que yo crea, sino lo que los mercados, los bancos e inversores crean. Pero, aún así, creo que están equivocados (aunque quien podría estarlo, en la práctica, sea yo). Me refiero a aquella parte del reciente aumento en el precio de los bonos venezolanos, que se ha atribuido al efecto Capriles y el efecto Chávez, efectos que no comparto.
No creo que existían razones objetivas para que el riesgo país de Venezuela disminuyese, como lo ha hecho en las últimas semanas, a raíz del aumento en la probabilidad de un cambio de gobierno (i.e. a raíz de que Capriles haya ganado las primarias abrumadoramente y Hugo Chávez requiera una nueva intervención para lidiar con su enfermedad). No lo digo, en ningún momento, porque no crea que Capriles pueda reducir el riesgo jurídico y político de invertir en el país, ni porque no esté capacitado para reordenar las finanzas públicas y la política monetaria del Banco Central de Venezuela. Con los excelentes aportes de José Guerra y Ricardo Villasmil, claro que podrá hacerlo. Sólo que creo que, objetivamente hablando, si Venezuela pagará o no su deuda en los años venideros dependerá más del pasado (la deuda acumulada en 13 años de chavismo) y el precio del petróleo, que de los cambios que Capriles pueda articular. Es decir, Capriles podrá reducir, a mi modo de ver, el riesgo de impago de la deuda a largo plazo, pero, no creo que puede afectar mucho lo que pueda pasar en 2013-2014.
La razón es sencilla. Capriles no podrá afectar, ni el pasado, ni el precio del petróleo, aunque, considero que, de tener que hacerlo, los mercados y los bancos del exterior estarían más dispuestos a reestructurar la deuda venezolana con Capriles que con Chávez. Ahora bien, lo que sí creo es que, con Capriles podría producirse una entrada de capitales si inteligentemente se organiza un proceso de apertura petrolera (concesiones petroleras). En ese caso, el escenario cambiaría.
En palabras llanas, dado el enorme endeudamiento contraído durante la Administración del Presidente Hugo Chávez, si estaremos en la capacidad y disposición de pagar la deuda en los años 2013-2014 dependerá fundamentalmente del precio del petróleo. Particularmente, si el precio del petróleo tiende a infinito podremos pagar con certeza, y si tiende a cero, dado que no tenemos acumuladas reservas internacionales suficientes, con certeza, no podremos hacerlo. Es decir, por encima de cierto precio del petróleo, dadas las exportaciones en barriles, contaremos con suficientes recursos para cumplir y, por debajo de otro nivel de precios, simplemente, no podremos hacer nuestros pagos. Peor aún, para cierto rango de precios del petróleo, si Capriles pagará o no la deuda dependerá de si se prefiere honrar los compromisos, al costo de una recesión y maxidevaluación, o si se prefiere incumplirlos para evitar estos males.
En fin, ya el mal está hecho (i.e. ya el país con Chávez se endeudó demasiado para financiar la expansión del consumo, en vez de la inversión para incrementar la exportación y la generación de divisas con qué pagar la deuda). Así que en el corto plazo, poco podrá definir Capriles, y sólo nos resta a los venezolanos esperar si, una vez más, el petróleo nos salva y nos permite cumplir los compromisos.
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