sábado, 19 de mayo de 2012

Errar encuestum est: el cuestionario. Artículo de Carmen Beatriz Fernández

Carmen Beatriz Fernández E-lecciones.net Las encuestas publicadas con fines propagandísticos no son nuevas en los procesos electorales, por el contrario, tienden a aparecer en cada campaña, con el mismo entusiasmo que un militante comprometido. Se emplean como instrumentos proselitistas pues tienen ellas un impacto sobre las percepciones del elector en relación a ganadores y perdedores, que siempre es propenso a ser utilizado por los comandos. Lo que sí resulta toda una novedad en este proceso electoral es que se pretenda usar las encuestas como principal argumento de campaña. Es muy claramente observable en los medios oficiales como la supuesta “guerra de encuestas” forma parte de una línea editorial, me atrevería a decir que quizás la principal línea editorial. Se habla de supuestas brechas enormes, que se amplían cuanto más desconocida es la encuestadora. Son tan audaces algunos voceros oficialistas que hablan incluso de “tendencias irreversibles”, cosa que ningún encuestador serio diría. Pareciera que el hecho electoral fuera hasta prescindible ante tamaña brecha. Las encuestas son instrumentos de medición de la opinión pública sumamente sensibles, que pueden verse alterados por muchas variables, una de ellas es el cuestionario. ¿Cómo logra una encuestadora medianamente seria afectar los resultados de su encuesta para que favorezcan a una opción política? Hay dos tipos de sesgos que puede inducir el cuestionario, deliberada o inadvertidamente: el primero es de tipo semántico (la construcción de las preguntas, las palabras empleadas y su fraseo exacto) y el segundo el de la secuencia (relativo a la lógica que sigue el cuestionario). “Wording” y “ording” les llaman los anglosajones. Tomemos el ejemplo de GISXXI, que amplificó por múltiples medios los resultados de su más reciente encuesta. Encuesta Mayo 2012 GIS XXI En la estructura del cuestionario de GISXXI hay tres bloques de preguntas: un primero relativo a la situación político-económica del país, un segundo a las misiones, y finalmente un tercero relativo a las opiniones electorales. La secuencia de este cuestionario tiene sesgo porque tiende a inducir las respuestas de corte electoral, al medirlas tras las preguntas de las misiones y gestión del Presidente Chávez. La amplia medición de las misiones crea un marco de referencia claramente orientado a la opción chavista y le envía señales al entrevistado. Desconozco si pudiera hacer también sesgos por “wording” en GISXXI porque no conozco el fraseo exacto de cada pregunta. Pero de “ording” lo hay seguro. Es decir, es técnicamente posible inducir resultados cuya única justificación es política. Sin embargo, y pese a tener varias objeciones metodológicas respecto a la encuesta GISXXI, creo encomiable su consecuente esfuerzo por hacer públicas sus encuestas y publicar en su sitio web amplia información sobre las mismas.

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