En la guerra, como en el amor, todo se vale. En las campañas electorales es igual. Todo lo que se dice y se hace obedece a una estrategia dirigida a favorecer los aspectos que pueden atraer votos y a ocultar lo que no conviene.
En los actos de inscripción, cada sector comenzó a desplegar las piezas de su estrategia, convertidas en imágenes y mensajes, sobre las casillas del tablero electoral en que se libran todas las contiendas electorales.
El mensaje central del acto de inscripción de Henrique Capriles Radonski apuesta a incrementar su número de votos a partir de la situación de salud de Hugo Chávez. El Comando Venezuela estima que un 5% de electores chavistas pudiera cambiarse o abstenerse si éstos ven la enfermedad como fatal. Esto explica, en parte, que el elemento central, casi único, de la inscripción haya sido el aspecto físico, la caminata. ¿Cuánto caminó?: 10 kilómetros, resaltado en los titulares. ¿Qué dijo?: tres cuartillas, sin mayores reseñas.
Los especialistas de campaña que asesoran a la oposición consideran que el programa de gobierno es un punto débil de Capriles, puesto que la visión neoliberal no tiene llegada en los sectores populares. Para contrarrestar esta dificultad, el camino sugerido es el de no tocar mucho el punto y adoptar algunos aspectos del programa de Chávez.
En relación con la gestión, le han recomendado deslindarse de los períodos de gobierno de la llamada “IV República”, muy mal valorados por los electores. En cuanto a los partidos, con baja aceptación, incluyendo PJ y UNT, la conclusión es presentar a Capriles como independiente progresista.
Hasta hora, el problema de salud de Chávez no es el principal punto débil de su candidatura, que reside en la ineficiencia y debilidades de la gestión, pero pudiera derivar hacia allí. Para evitarlo, la estrategia del Comando Carabobo es resaltar el ánimo y la fortaleza ante la adversidad, al tiempo que difunde buenos pronósticos, que las comparecencias públicas parecen confirmar. Por otra parte, la campaña del Psuv intenta resaltar otros rasgos de personalidad, como el estilo espontáneo, la sensibilidad social y sus cualidades oratorias. El todo sustentado en el programa de gobierno, aspecto dominante en el acto de inscripción en el CNE.
A lo largo de los próximos cuatro meses, todos esos ingredientes del caldo electoral se repetirán y combinarán en dosis variadas. Por ejemplo, si a la oposición no le funciona continuar hablando de la enfermedad de Chávez, se pondrá el acento de la campaña en las críticas a la gestión.
Por su parte, el Gobierno, si llegara a la conclusión de que “la búsqueda del voto consciente” centrada en el proyecto se hace latosa, alternará con los logros de las misiones sociales y nuevas iniciativas de redistribución del ingreso. De lado y lado, todo lo que se diga o deje de decirse, tendrá un propósito: sacar votos.
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