Fernando Luis Egaña
lapatilla.com/
Han confluido varios factores para que las primarias del 12-F alcancen una centralidad noticiosa que pica y se extiende. El más llamativo, desde luego, ha sido la combinación o alianza entre Leopoldo López y Henrique Capriles a favor del último; y también la presentación del programa de gobierno por parte de la Mud, en la fecha sugestiva del 23 de enero. Colabora con todo ello la proximidad del evento político y, cómo negarlo, las campañas o campañitas oficialistas para tratar de empañarlo.
Al respecto, los voceros rojos andan repitiendo que si llegasen a votar “tan sólo” un millón o millón y medio de electores, entonces las primarias serían un soberano fracaso… Curiosa matemática comicial, porque esos mismos voceros proclamaron que las primarias del Psuv fueron un éxito clamoroso, y allí sufragaron algo más de 500 mil electores. Me refiero a las primarias para elegir o refrendar a las autoridades del partido-de-Estado, para las cuales, sin duda, se dispusieron a plenitud los recursos del poder público.
O sea que la mejor manera de contrarrestar esa campañita es refrescando la memoria. Si medio millón de participantes fue un éxito clamoroso, ¿cómo es que el doble o el triple sería un fracaso estrepitoso? No cuadra el asunto. Y no puede cuadrar, porque una votación de esa magnitud, el 12-F, significaría un logro de marca mayor. Al fin y al cabo, en las primarias electorales suele participar una parte modesta del electorado potencial. Y ello tiende a ocurrir en Venezuela y en la Cochinchina.
Por otra parte, el acuerdo entre López y Capriles ha causado bastante impacto en la opinión pública. Positivo y negativo. Pero no debería sorprender tanto porque esa opción venía comentándose desde que empezara la campaña de las primarias. La combinación beneficia a Capriles y puede perjudicar la imagen de López, en la medida que sus pormenores no se expliquen con claridad. López y Capriles son figuras políticas que se asemejan en diversos conceptos, sobre todo en la configuración mercadotécnica, pero eso no garantiza que del acuerdo electoral se pase a una alianza política propiamente dicha.
Así mismo se destaca el tema del programa de gobierno, de seguro que eclipsado por el pacto López-Capriles, pero que debe ser considerado en sus estimables méritos. Uno de ellos, el haber sido producto del consenso político y técnico de la heterogénea composición de la Mud. Otro, el haber presentado un denso conjunto de propuestas de políticas públicas para darle contenido efectivo a un gobierno democrático. Falta, eso sí, asumir debidamente el tema del cambio de régimen, para que precisamente sea viable un cambio de gobierno.
Asunto que no es académico sino muy práctico, porque el entramado de poder de la “revolución bolivarista” no hace imposible una victoria electoral de la parcialidad opositora, pero si está concebido y constituido para hacer muy difícil la viabilidad de un gobierno de signo diferente… En todo caso, las primarias se animan o se calientan, como se dice coloquialmente. Esperemos que la subida de temperatura contribuya al objetivo central de legitimar y fortalecer la candidatura presidencial que surja del 12-F.
flegana@gmail.com
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