jueves, 16 de agosto de 2012

Los confidenciales de Jesse. Artículo de Eugenio G. Martínez

EUGENIO G. MARTÍNEZ

En Twitter: @puzkas

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Jesse Chacón, de forma muy hábil, se unió a las voces que desde el chavismo alertan sobre el peligro de creer que el presidente Chávez posee una ventaja irreversible en la intención de voto para el 7 de octubre.

Eleazar Díaz Rangel, Mario Silva, Miguel Pérez Pirela y Miguel Salazar fueron más directos en sus advertencias. Chacón sólo fue más técnico que ellos.

Cualquier lector comprometido con la revolución bolivariana podrá refutar que Chacón taxativamente dijo que Chávez aventaja por 25 puntos a Henrique Capriles Radonski, lo que significa que traer a colación cualquier otro dato u análisis resulta, al menos, absurdo.

Como hablamos de GISXXI no puedo dejar de recordar que resulta lamentable que en todas las ruedas de prensa ofrecidas por Chacón y en las entrevistas que concede en TV y radio no se le soliciten datos más específicos sobre el cuestionario que emplea para sus estudios y por la distribución de las preguntas en ese cuestionario (una parte del ABC a la hora de valorar estudios de opinión pública).

No obstante, estas líneas no son para valorar técnicamente la encuesta sino para analizar las declaraciones que Chacón ofreció en los últimos días. En primera instancia Chacón dirigió su artillería verbal a ofrecer datos que permitieran demostrar que los indecisos, no alineados políticamente o Ni-NI pueden decidir el resultado del 7 de octubre. Una línea discursiva similar a la expresada por Oscar Schemell de Hinterlaces y Germán Campos de Consultores 30.11 (sirva la ocasión para referir que es la primera vez en un quinquenio que Campos ofrece ruedas de prensa y declaraciones constantes sobre sus estudios de opinión pública).

Si no son los Ni-NI los que deciden, ¿quién? Chacón dirigió su análisis a la composición interna del voto de los dos candidatos y se mostró francamente preocupado, no por el apoyo duro con el que cuenta el Presidente (según su encuesta de 40% del electorado dispuesto a votar), sino por un segmento que catalogó como chavismo blando (aunque yo preferiría llamarlo chavismo utilitario).

Dejó entrever el presidente de GISXXI que ese segmento de chavismo (al que ubicó en 16% del total de electores dispuestos a votar) mantiene dudas que lo hacen susceptible a no acudir a votar el 7 de octubre o incluso a cambiar su intención de voto. Tiene razón Chacón en preocuparse, el comportamiento de este segmento (que en algunas encuestadoras forma parte de los indecisos) fue una de las principales causas de la derrota del chavismo en el referendo constitucional del año 2007.

Desde el chavismo se reconoce, con mucho acierto, que una de las estrategias de la campaña de la oposición se orienta a erosionar el voto de este segmento del oficialismo repitiendo el esquema del referendo: desmovilizándolos. Por lo dicho en la última semana podemos inferir que Chacón está preocupado en que el mensaje de la oposición, como lo hizo hace cinco años, esté llegando al chavismo blando. No se puede olvidar que desde 2007 los centros en los que tradicionalmente el chavismo gana con relación de 70-30 o superior son los que registran mayor abstención.

Para algunos la clave está en los indecisos, para otros en la brecha de los electores que no pueden definirse como votos duros de los candidatos, de ahí que la estrategias del Comando Carabobo palpable en el discurso del presidente Chávez sea su último intento de "coqueteo" con los sectores de clases media y alta.

Dice la encuesta de GISXXI que Chávez cuenta con el voto de 56% de los electores; sin embargo, en su análisis Chacón pone el énfasis en el comportamiento de 16% del chavismo, el que a su juicio determinará o no la reelección del Presidente. No importa que los llamemos indecisos, chavismo blando, chavismo utilitario u oposición Light, la cita electoral del 7 de octubre aún no está definida.

emartinez@eluniversal.com

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