Orlando Viera-Blanco
En Twitter: @ovierablanco
http://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?t=835329
La política es así. Inesperada, mutante, dinámica. Hoy un aspirante al poder, puede cerrar pactos de sangre con aquellos que abonen su camino al objetivo. Mañana ese pacto de sangre puede convertirse en agua y sal...La decisión tomada por Leopoldo López en un plano estrictamente pragmático, no es censurable. No tenía muchas opciones. Su candidatura tenía plomo en la turbina (inhabilitación a cuestas), su desempeño como candidato fue difuso (concentrado en su imagen y no en sus ideas), y su momento quedó diferido, por ahora.
Sin embargo decantado el asunto, deseo llamar la atención sobre un par de aspectos.
En primer lugar aun considerando que el movimiento de López para nada es torpe ni desestimable, no estoy muy seguro que la dupla comporte el suficiente contraste de orden político para derrotar al Presidente Chávez. Tanto Capriles como López (y el propio Pablo Pérez) se han empeñado en una suerte de reciclaje versión ´derecha´, del socialismo del siglo XXI, en cuyo ´feudo´ Chávez es el gran pastor. Montados en un discurso social demócrata, siguen apostando al reparto, al populismo y al rentismo como vehículo de captación de preferencias. A partir de aquí es claro que el tema para estos actores políticos es inminentemente electoral, y por ello la alianza es esencialmente comicial más no conceptual. Pierden una extraordinaria oportunidad para ofrecer un rejuvenecimiento real de la forma de ejercer el poder, que no dudo, estarían dispuestos a poner en marcha, pero que por conveniencias demoscópicas, han quedado rezagadas y sustituidas (ideales de vanguardia) en la propaganda.
En segundo lugar tanto válido es hacer alianzas como medir a quién benefician más. No dudo que la junta de López beneficie más a Capriles que lo contrario. Queda la duda sí el futuro político de López queda de algún modo hipotecado. Pero esto lo dirá el tiempo, confirmando la idea de que en política, 2+2 no son cuatro. Pero ¿Dónde queda la marca de la unidad de cara a un Capriles vencedor en las Primarias? No hay que ser un letrado para concluir que pactos recientes a un evento primario, por extremadamente “conveniente”, pude ser percibido por el elector en la carrera Presidencial, como un ponme ahí para quitar al otro. Y el país-de todos los segmentos, y más los indecisos, está cansado de recomposiciones que apuesten más a las ambiciones de poder de sus líderes, que resolver los problemas que demandan los venezolanos.
Finalmente vale agregar, la torpe intervención del comando de Pablo Pérez. En un acto de arrogancia y descalificación innecesaria, el comando del candidato Pérez, pretendió invalidar de forma poco amable, lo que para un político como Barbosa –viejo zorro de siete mares acostumbrado a alianzas y pactos de todo orden- es absolutamente normal. Pues nada en medio de caras largas y una vocería despreciativa, los alfiles de suelo Zuliano, le hicieron un flaco favor a la posición de Pablo Pérez. El mismo precandidato en un lenguaje que destilaba incomodidad y molestia, perdió terreno en un ambiente político donde el contraste no debe ser de tal tono, que caiga el requiebre de la unidad.
No le queda más al resto de los candidatos de armar sus propias Alianzas. Luce previsible que cada uno de ellos a solas (Machado, Arria, Medina), les será difícil remontar la cuesta de la alianza LL-HCR, sin plantearse seriamente un compromiso de equipo, aun cuando no signifique su declinatoria. Las ruedas de Prensa de Machado y Arria, simplemente a la altura de la competencia.
¿Será este el último salto de Leopoldo? Quizás no. Pero algo es seguro. Los próximos obstáculos serán más elevados que los que hasta ahora había vencido. Uno de ellos: la coherencia más allá que la oportunidad.
vierablanco@gmail.com
T @ovierablanco
VIERA BLANCO LOPEZ & ASOCIADOS
Urb. La Florida, Av. Don Bosco,
Quinta Mercedes. Caracas - VENEZUELA.-
P.O. Box 50.759.Phone-Fax: (5 212-730.7746; 730.3603
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La política es así. Inesperada, mutante, dinámica. Hoy un aspirante al poder, puede cerrar pactos de sangre con aquellos que abonen su camino al objetivo. Mañana ese pacto de sangre puede convertirse en agua y sal...La decisión tomada por Leopoldo López en un plano estrictamente pragmático, no es censurable. No tenía muchas opciones. Su candidatura tenía plomo en la turbina (inhabilitación a cuestas), su desempeño como candidato fue difuso (concentrado en su imagen y no en sus ideas), y su momento quedó diferido, por ahora.
Sin embargo decantado el asunto, deseo llamar la atención sobre un par de aspectos.
En primer lugar aun considerando que el movimiento de López para nada es torpe ni desestimable, no estoy muy seguro que la dupla comporte el suficiente contraste de orden político para derrotar al Presidente Chávez. Tanto Capriles como López (y el propio Pablo Pérez) se han empeñado en una suerte de reciclaje versión ´derecha´, del socialismo del siglo XXI, en cuyo ´feudo´ Chávez es el gran pastor. Montados en un discurso social demócrata, siguen apostando al reparto, al populismo y al rentismo como vehículo de captación de preferencias. A partir de aquí es claro que el tema para estos actores políticos es inminentemente electoral, y por ello la alianza es esencialmente comicial más no conceptual. Pierden una extraordinaria oportunidad para ofrecer un rejuvenecimiento real de la forma de ejercer el poder, que no dudo, estarían dispuestos a poner en marcha, pero que por conveniencias demoscópicas, han quedado rezagadas y sustituidas (ideales de vanguardia) en la propaganda.
En segundo lugar tanto válido es hacer alianzas como medir a quién benefician más. No dudo que la junta de López beneficie más a Capriles que lo contrario. Queda la duda sí el futuro político de López queda de algún modo hipotecado. Pero esto lo dirá el tiempo, confirmando la idea de que en política, 2+2 no son cuatro. Pero ¿Dónde queda la marca de la unidad de cara a un Capriles vencedor en las Primarias? No hay que ser un letrado para concluir que pactos recientes a un evento primario, por extremadamente “conveniente”, pude ser percibido por el elector en la carrera Presidencial, como un ponme ahí para quitar al otro. Y el país-de todos los segmentos, y más los indecisos, está cansado de recomposiciones que apuesten más a las ambiciones de poder de sus líderes, que resolver los problemas que demandan los venezolanos.
Finalmente vale agregar, la torpe intervención del comando de Pablo Pérez. En un acto de arrogancia y descalificación innecesaria, el comando del candidato Pérez, pretendió invalidar de forma poco amable, lo que para un político como Barbosa –viejo zorro de siete mares acostumbrado a alianzas y pactos de todo orden- es absolutamente normal. Pues nada en medio de caras largas y una vocería despreciativa, los alfiles de suelo Zuliano, le hicieron un flaco favor a la posición de Pablo Pérez. El mismo precandidato en un lenguaje que destilaba incomodidad y molestia, perdió terreno en un ambiente político donde el contraste no debe ser de tal tono, que caiga el requiebre de la unidad.
No le queda más al resto de los candidatos de armar sus propias Alianzas. Luce previsible que cada uno de ellos a solas (Machado, Arria, Medina), les será difícil remontar la cuesta de la alianza LL-HCR, sin plantearse seriamente un compromiso de equipo, aun cuando no signifique su declinatoria. Las ruedas de Prensa de Machado y Arria, simplemente a la altura de la competencia.
¿Será este el último salto de Leopoldo? Quizás no. Pero algo es seguro. Los próximos obstáculos serán más elevados que los que hasta ahora había vencido. Uno de ellos: la coherencia más allá que la oportunidad.
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