Ysa Dobles
isadobles.blogspot.com
A mí me impresionó mucho una opinión médica que informaba sobre el “Síndrome de Cushing”, definiéndolo obvio “cara de luna y lomo de búfalo” como, en el caso de Chávez lo cual, indicaba que todavía se estaba “en tratamiento”. Y es que esa es una de las características en este nuevo Chávez que verdaderamente no se pueden ocultar. Pero hay otras cosas que dicen bien del momento que vivimos y con la enfermedad que padece el candidato Comandante Libertador Presidente: como se mueven las fichas que se le oponen. Porque si algo es impresionante es esta demostración de liderazgo, entusiasmo y coraje que en cada declaración, concentración o discurso, demuestran los pre candidatos. Como se va conformando poco a poco y ardientemente un frente democrático atrevido y consistente. Hoy se supo y del apoyo de Copei a Pablo Pérez. La “guanábana” otra vez unida. Y hasta las primarias del 12 de febrero todavía nos queda mucho por ver. Ni los líderes de estos dos partidos son los líderes de ayer ni esta es la Venezuela de ese tiempo. Pablo Pérez tiene que defenderse también de los “tutelajes” que puedan lastimar su figura. La experiencia, los años y las referencias hacen mucho peso en las estrategias y sobre todo en los fundamentos que hoy exige Venezuela.
Se ha llevado mucho golpe para no haber aprendido algo. En este cuadro donde quedan cuatro compitiendo, hay que asegurar la lealtad, la integridad, hay que responder a esta dolorosa necesidad de decencia y ética humana. Henrique, Leopoldo, María Corina. Los dos últimos pisan con huella propia, descargados de sombras partidistas, un camino que zorros avezados han caminado antes. Se vale todo y la Democracia es permisiva defendiendo la libertad y el debate se está realizando, se está viviendo un momento histórico trascendente, que el ciudadano común no puede ignorar porque es protagonista y motor. En sus manos está el destino de todos. ¿Podremos confiar en nuestra capacidad de asumir lo oportuno? ¿Lo justo? ¿Lo mejor? Impredecible, un pueblo manso, esquivo, cómodo, está empujado por su misma angustia a poner fin a la pesadilla, a refutar la perversidad con la bondad y la obscuridad con la luz.
Pa´lante es pa állá!
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