miércoles, 19 de octubre de 2011

Henrique Capriles: la ilusión del porvenir. Artículo de Alexander Cambero


ALEXANDER CAMBERO

En Twitter: @alecambero

eluniversal.com

El recinto caraqueño quedó reducido en minutos. Un torbellino avasallante desbordó todos los espacios para testimoniar que la fuerza del cambio crece de manera espectacular. Que no existe la más mínima posibilidad de voltear la mirada hacia el pasado que tanto daño nos ha hecho. Lo que ambicionamos es poder contar con un jefe de Estado inteligente, moderno y que garantice una gestión para todos por igual.

En las miles de voluntades reunidas, se sentía una alegría tan contagiante como conmovedora. El fervor ataviado con el ímpetu de una juventud que no cesaba de corear su nombre. Entre la muchedumbre se fue acercando el precandidato presidencial, hasta un tarima con un marco de vibrantes colores. Henrique Capriles comenzó dando un discurso de un hombre que transmite éxito y futuro. Se paseó por una Venezuela con grandes posibilidades para emerger, dejando atrás esta coyuntura histórica de corrupción, separatismos y odios enfermizos; su mensaje viabilizó un camino por donde todos los venezolanos podemos caminar sin ser conminados a vestirnos de un color. Cada quien ocupando sus espacios para el trabajo fecundo.

El magnífico acto me hizo recordar un hecho personal, y fue cuando pude visitarlo en la cárcel. En medio de la desazón de los pocos minutos para conversar, me dijo: "Alexander, de aquí saldré sin odios" . Efectivamente, pudo hacerlo sin arrodillarse ante el poder y muchos menos transformándose en un hombre carcomido por la venganza. De aquel injusto episodio salió con un morral lleno de ilusiones. Su fortaleza interior lo hizo vencer aquella trampa del régimen chavista; en apenas días ya andaba trabajando por todos los vecinos con la dignidad de siempre. Sin recurrir a la lástima por lo sucedido, ni tampoco viviendo del cuento hasta el hartazgo. Mucho menos vomitando veneno contra todo aquel que se cruzaba en su camino.

Henrique Capriles muestra el rostro del país posible. Una Venezuela integral que crezca con un ritmo vertiginoso en donde la libertad y la lucha contra las terribles injusticias vayan de la mano. No puede haber desarrollo sustentable sin que los pobres tengan la posibilidad de salir del hoyo. Que se respete el pensamiento de cada quien, sin que por ello tenga que sufrir persecuciones o ser relegados cuando necesiten la ayuda del gobierno. Queremos dejar atrás trece años de acosamiento, corrupción y miedos. En donde un hombre se erigió en gendarme de nuestro destino. Ese liderazgo perverso debe quedar en el anecdotario. Para entender que jamás podemos volver a caminar por la cripta secreta del museo de cera.

Llegó la hora del país posible. Que germine del seno de la sociedad todo ese talento floreciente sometido por esta trituradora de ilusiones que es Hugo Chávez. En Henrique Capriles tenemos al gerente moderno que encabezará el futuro. La posibilidad de lograr la victoria el 12 de octubre del año 2012, son cada día más amplias, el pueblo ha despertado para acompañar un proyecto incluyente; aquí no cabe el hombre acariciándose la herida en el rostro planeando venganza. Con aire de matón de barrio planificando escenarios para derruir al adversario con aviesas actitudes. Mucho menos, aquellos que pretenden una refriega existencialista en las páginas amarillentas del pasado, buscando oxígeno en el arrumaco de ataúdes repletos de más leyenda que porvenir. La épica cruzada entre las huestes del formol y el oloroso ejército de la naftalina. Fragancias de huesos que deben descansar en la paz de los sepulcros. Sus hechos tuvieron un ciclo importante, que feneció como todas las cosas. Se trata de futuro, de una Venezuela para todos por igual. ¡Henrique Capriles presidente!

alexandercambero@hotmail.com

No hay comentarios.:

Publicar un comentario