miércoles, 26 de septiembre de 2012

Las implicaciones electorales de la foto “Santos-Capriles” por Edgard Gutiérrez

Edgard Gutiérrez

En Twitter: @gedgard

runrún.es

El pasado martes –ya casi en la noche– el candidato Henrique Capriles anunció que sostendría una reunión privada con el actual presidente colombiano Juan Manuel Santos en el propio Palacio de Nariño. Horas después, los venezolanos y el mundo, pudimos conocer que tal encuentro efectivamente tuvo lugar y minutos después, se divulgó una fotografía de esa conversación entre ambas personalidades que fue la principal noticia por muchas horas. La foto recorrió el mundo y se registró en las principales portadas de los medios de comunicación venezolanos y también, es importante decirlo, fue ampliamente reseñada por la prensa latinoamericana.

Un detalle adicional, pero muy importante: la fotografía no fue “producida” por el equipo de comunicaciones del candidato venezolano. La foto emanó de Nariño. Es decir, aunque mucho se dijo que era un encuentro privado y que la prensa no tendría acceso (así fue), sin embargo fue la propia presidencia colombiana la que decidió “registrar” y “dejar constancia” del momento.

Esa foto, tiene consecuencias. Consecuencias políticas. Consecuencias electorales. Consecuencias diplomáticas.

El “nuevo mejor amigo” del Presidente Chávez decide compartir tribuna con el máximo rival de este último.

El principal comentario que se registró en las horas previas y posteriores al encuentro fue: ¿Qué es lo que sabe Santos que no sabemos el resto de los mortales que vivimos en este país?

¿Qué significa esto?

Hasta el momento, la agenda internacional de Capriles Radonsky había sido muy modesta, si queremos endilgarle algún calificativo. Centrado en una campaña intensa de tierra, visitando población tras población en zonas profundas y recónditas de nuestra geografía, los espacios “diplomáticos” habían sido muy pocos y todos ellos, de bajo impacto noticioso y político. Esta entrevista con Santos, es completamente distinta.

Habitualmente, los candidatos presidenciales suelen visitar otros países para mostrarse como futuros Jefes de Estado, destacar los puntos y visiones de lo que serían sus relaciones con otros países y ofrecer una visión y estilo de cómo manejarían en general su eventual política exterior. Siempre ha sido incómodo para los países y mandatarios de esas naciones el “fotografiarse” con una persona distinta a quien ejerce en ese momento la presidencia del país que está sometido al proceso electoral. Aún más incómodo debe ser “retratarse” con un candidato de oposición. Hacerlo es un mensaje en sí mismo. Sutilmente se está afirmando: “si hay un cambio en ese país, pues acompañaremos y entablaremos relaciones con el nuevo Presidente”.

En el caso venezolano, es un mensaje aún más polémico. Que Santos haya accedido a reunirse con el “enemigo” de Hugo Chávez revela algo cualitativamente relevante. Hay mucho detrás de eso.

¿Qué implicaciones tiene esto para la campaña electoral presidencial venezolana? A mi modo de ver desde la óptica estrictamente comunicacional, algunas reflexiones que podemos derivar del encuentro Santos-Capriles serían las siguientes:

1.- Fortalece su imagen presidencial: Capriles lució como un estadista. Proyecta una imagen de alguien que ya ejerce funciones de Estado y en la práctica los electores asocian esa imagen con un Presidente. Como podría afirmarse coloquialmente: “lo pone a jugar en otra liga”. Estamos acostumbrados a ver a HCR con camisas y gorras que lo ubican como alguien que adelanta una campaña intensa, de calle, de contacto directo. Pero el traje, el escenario y el interlocutor lo pone a jugar –al menos en el imaginario colectivo– como un representante de nuestro país, reunido nada más y nada menos, que con nuestro principal vecino. Cualquier campaña desea eso para elevar sus niveles de favorabilidad.

2.- Eleva a Capriles a un nuevo nivel: Pues se comienza a “quebrar” la narrativa de la invencibilidad de Chávez en el exterior y comienza a registrar noticias de un eventual nuevo presidente en otros escenarios, que puedan que no sean determinantes, pero sí muy influyentes. La prensa internacional se hace las mismas preguntas que nosotros e intenta “decodificar” las intenciones de Santos, automáticamente elevando a Capriles en un concierto en el que pocos privilegiados tienen un ticket de entrada. Positivo para cualquier campaña

3.- Se envía un mensaje muy importante, pues se dice: “Este también puede ganar”: Santos le envía un mensaje no sólo a Chávez, sino también a los electores que se preguntan cómo será el desenlace de esta campaña. Afirma –tácitamente– este candidato tiene una probabilidad importante de ser el próximo Presidente de Venezuela y a mí me interesa tener buenas relaciones con él, sin importar que su actual colega se moleste. Mucho se sabe de los intentos de la diplomacia venezolana por impedir este encuentro, pero aún así, se llevó a cabo. El mensaje es nítido. El que no quiera verlo, pues que voltee hacia otro lado.

4.- El propio momento en que se lleva a cabo la entrevista: Ocurre en la etapa final de esta película. En las semanas culminantes. Ayuda a expandir el mensaje anterior. Distinto hubiese sido que esto se hubiese efectuado en otro momento, pero éste, es particularmente revelador y aumenta las expectativas en muchos que quizás creen que “todo está definido”. Sutilmente se afirma y otorga elementos comunicacionales para decir por lo menos, como diría Yogi Berra que: “el juego no se acaba hasta que se termina”. ¿Quién no quisiera disponer de estos elementos de su parte en los días que restan para el 07 de octubre?

5.- Deja sin palabras al adversario: Para el gobierno, este hecho no puede ser criticable, pero sabe que es un golpe duro. Elías Jaua tuvo que limitarse a decir, a regañadientes, que este tipo de encuentros es “normal” y “natural”. Para ellos es mejor que nunca hubiese ocurrido.

Para Santos también es mucho lo que se puede decir, pues cabría preguntarse ¿por qué hace esto en este momento? ¿Por qué toma ese riesgo? Pero no me corresponde a mí hacer ese análisis. Muchos son los analistas de las relaciones colombo-venezolanos que lo harán mucho mejor que yo. Acá mismo en esta casa, la gente de Diploos estoy seguro analizará esto con mayor rigurosidad.

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