miércoles, 13 de junio de 2012

Análisis de las candidaturas presidenciales: Chávez arranca adelante

Heilet Morales/Lolimar Suárez

panorama.com.ve

Henrique Capriles a la suerte contraria. Candidato de la MUD pasó a una estrategia de más confrontación en la campaña

Henrique Capriles tuvo el domingo a la plaza de pie: una multitud exultante entregada a él en su primera gran movilización de calle. Pero cuando buscó la igualada, ir por la suerte suprema y asestar la estocada con su verbo en las afueras del CNE, pinchó.

Su discurso tocó hueso, dirían los cronista taurinos, en palabras de Farith Fraija, politólogo y analista electoral: “Fue bastante pobre, no hubo ideas fuertes (...) recurrió a clichés, muy vagos y generales que no compaginan con la movilización”.

“Yo no quiero más peleas en Venezuela, quiero la unión de todos. Vamos a unir a Venezuela cueste lo que cueste”, dijo el candidato a la hora de dirigirse a sus seguidores, nada nuevo a lo dicho recurrentemente.

Veinticuatro horas después, tocó el turno de Hugo Chávez, con oficio despachó rápido sus dos primeros tercios y cuando le tocó entrar a matar con su verbo lo hizo en los medios de la plaza con una estocada certera que pareció echar por tierra las versiones sobre su salud.

Capriles apeló al tremendismo en su faena del domingo, parecía un “súper star”, tuiteó el experto Roberto De Vries, seguro haciendo alusión al hecho de que se levantó la camisa y entró al escenario jugando con la emocionalidad que le brindó la presencia de Érika De La Vega, su exnovia.

Corrió, bailó, tuvo contacto cuerpo a cuerpo con la multitud. El candidato tiene una estrategia clara en su presentanción del domingo: mostrar plena vitalidad, facultades y el ímpetu de quien recién toma la alternativa.

“Necesitaba una demostración de fuerza”, se apresura a decir el analista Vladimir Villegas, ante el sombrío escenario electoral que le describen las encuestas. Después del domingo, Capriles tiene en el libreto cambiar el tercio, los casa por casa se alternarán con movilizaciones multitudinarias, al menos ese es el guión en el que trabaja Stanley Greenberg.

El gringo se ha vuelto uno de los hombre de confianza de Capriles, no da puntada sin su visto bueno. Él lidera un círculo al que solo tienen acceso unos pocos, entre ellos: Luis Christiansen, presidente de la encuestadora Consultores 21; los Briquet (Armando y Juan Carlos), Alejandro Silva y una asesora argentina.

HCR echó mano de un peso pesado y viejo conocido de la plaza, Greenberg trabajó con Rosales en el 2006 y, un año después, con Rctv, con quienes no alcanzó los éxitos que su firma, Greenberg Quinlan Rosner, sí saboreó con Tony Blair, Gerhard Schröder, Bill Clinton y hasta el mismísimo Nelson Mandela en Suráfrica, cuando llegaron al poder.

El casa por casa de Capriles no arrojó los resultados esperados, incluso, en las prolongadas ausencias de Chávez, por eso se viene la estrategia de movilización (en la calle) a gran escala, la próxima plaza será la del Zulia, el viernes por la tarde. El cartel incluye a Pablo Pérez.

Greenberg, a la vez, parece decidido a desvincular a HCR de la vieja guardia política del país, reprobada en las urnas electorales una y otra vez en los últimos 12 años. Al interior de la cuadrilla, precisamente los viejos conocidos están relegados a otras funciones: Ramón Aveledo, Henry Ramos, Omar Barboza, por citar solo tres, forman parte de una suerte de comité de asesoría que se reune de cuando en cuando los miércoles, para hacer propuestas que antes deben contar con el visto bueno de Greenberg y compañía.

“La diversidad nos fortalece”, se apresura a decir Alejandro Silva, encargado de las giras del candidato de la “unidad”; pero la realidad es que el 12 de febrero se dio un mensaje claro que supuso el “requiem” de los partidos tradicionales y Primero Justicia emergió como la nueva fuerza opositora.

A juicio del analista político de la Universidad Central de Venezuela (UCV), Nicmer Evans, la falta de conexión de Capriles con los duros de su tendido se debe a sus números, por eso cree que una subida en sus números traería como consecuencia “el apoyo de todas las organizaciones de la MUD, incluyendo AD”.

Mientras en la MUD se dirimen las diferencias, el candidato no se da por enterado, seguro de que a veces es mejor estar solo que acompañado por “cadáveres insepultos”, parafraseando, casualmente, a Rómulo Betancourt.

Cambiar de tercio es la orden.

El casa por casa no alcanza. Hugo Chávez, todavía sin el traje de luces; domina la plaza, como lo reconoce el mismo Comando Venezuela, que puertas adentro sitúa la ventaja en 12 puntos.

Pese a que hace ya varios meses Chávez patentó el tremendista pase del “majunche” para su faena, su interlocutor continúa apegado al oxtodoxo y débil discurso de unidad, como quedó en evidencia el pasado domingo.

Con sensibles diferencias en sus números, todas las encuestas dan a Chávez como favorito para la reelección, con ventajas que oscilan entre 17 y 36 puntos.

“Lo virtual no puede con lo real”, interviene de nuevo el jefe de movilización de Capriles; quien agrega: “el de las encuestas es un libreto viejo del Gobierno”.

“Capriles está estancado porque carece de discurso”, opina Oscar Schemel, de Hinterlaces, que ubica en 19 puntos la brecha entre el “arañero de Sabaneta” y el “majunche”. No obstante, cree que la candidatura opositora puede crecer, pero “le falta estrategia, sensibilidad y comprensión de la nueva realidad social y política del país”.

“Probablemente, haya que trabajar en la campaña de Capriles el tema de la masificación es urgente (...) El tema de los problema cotidianos de la población tiene que aparecer y, más que la confrontación con Chávez, la población debe percibir que él (Chávez) es el responsable de los principales problemas del país”, cree Luis Vicente León, de Datanalisis, firma que sitúa en 13,3 puntos porcentuales la diferencia entre el Presidente y su oponente.

Esos números parecen haber prendido las alarmas en la cuadrilla opositora a 116 días de las presidenciales. Capriles mismo dio la primera señal hace ya dos semanas: “Hugo Chávez vamos a subir el nivel del debate. Ahora cada vez que me insultes yo te voy a responder, prepárate porque te voy a ganar las elecciones del 7 de octubre”.

HCR parece dispuesto a “cargar la suerte” nuevamente y plantarle cara a un toro bravo que hasta ahora no ha podido descifrar, sabe que necesita meterse casi que en los pitones para “enamorar” a una afición que Chávez tiene metida en el vuelo del capote.

El analista político Evans estima que el giro en la campaña del candidato opositor apuesta “porque una mayor polarización permita generar el repunte en la opinión pública a su favor”.

Su colega José Vicente Carrasquero, de la “Simón Bolívar”, matiza asegurando que Chávez busca llevar a Capriles a un terreno “para que el debate no se centre sobre los problemas de su gobierno”.

En este sentido, la estrategia del candidato no debe ser alterada, en palabras de Carrasquero: “A Chávez hay que obligarlo a discutir cuáles son sus propuestas frente a las de Capriles”.

Aunque el candidato-gobernador no pierde tiempo a la hora de diferenciar su faena a la de Chávez, desde el tendido de sol, los “rojos, rojitos” le gritan: “¡Ahora te quieres parecer a Chávez!”..

El oficialismo cita la Ley de Misiones, propuesta por el abanderado opositor, como ejemplo para justificar sus dichos, pero en la oposición misma también se le cuestiona, el propio Diego Arria ha dicho: “No conozco a nadie que quiera cambiar un original por una copia”.

Más que quererse parecer, el candidato tiene claro que necesita “morder” de la torta del chavismo para redondear una jornada perfecta el 7 de octubre. Por eso busca alejar fantasmas y voltea la montera en los medios de la plaza jugándosela con las misiones.

Razones más, razones menos, el candidato de la oposición no solo se arrima a las misiones, también se acerca a terreno chavista concentrando su casa por casa justo donde se encuentra el voto duro del chavismo.

“Sus asesores le han dicho que la única forma de ganar es lograr meterse en ese gran vínculo entre el presidente Chávez y los sectores populares venezolanos. Entonces, ha comenzado a imitar a Chávez”, advierte Jesse Chacón, uno de los mozos de espada de confianza de Chávez.

“Cómo puede parecerse a Chávez una persona que es su antítesis, mientras Chávez confronta, Capriles busca diálogo, mientras el Presidente habla del pasado, el candidato Capriles habla del futuro”, zanja Carrasquero.

El mano a mano entre Capriles y Chávez, de acá a las presidenciales no se bate solo en los medios de la plaza, ya se está debatiendo fuera de ella, terreno en el que el comandante presidente lleva un abismo de ventaja.

No es para menos, 12 años en el poder sitúan a Chávez en una posición privilegiada de cara a la comunidad internacional, mientras su oponente juego sus primeros pininos en ese escenario.

Desde el Comando Venezuela se apresuran a decir “se viene pronto una gira por Europa, ya estamos haciendo contactos políticos”, pero insisten en que la prioridad es Venezuela en este momento de la campaña electoral.

Distinto sucede con Chávez, a cuyo triunfo, por ejemplo, el colombiano Juan Manuel Santos asocia “la estabilidad de la región”.

Todavía no suenan clarines y timbales, por ahora las cuadrillas del Carabobo y del Venezuela afinan lo mejor que tienen, estoques, capotes, muletas, todo lo necesario, Capriles, ya vestido de luces, encara una campaña en la que busca la igualada en la difícil suerte contraria, mientras Chávez, sin el traje de luces, de momento, parece ir en suerte natural ante una fiesta democrática que promete estar hasta las banderas.

Chávez marca el paso de la campaña

La llamada “razón amorosa” que está generando un atípico comportamiento electoral

La política y el amor están bailando un bolero en Venezuela. Su compás le ha quebrado las copas al “marketing político”, cuyas técnicas no explican cómo uno de los candidatos lleva varios meses liderando las encuestas sin haber salido de lleno a la escena. Las presidenciales serán dentro de 116 días, tiempo suficiente para despejar las razones de esta curiosidad electoral.

El lunes de esta semana, Chávez se inscribió en el CNE, un día después de su contendor, Henrique Capriles. Ambos reunieron multitudes. El primero, con el eslogan ‘Chávez corazón de mi patria’, el segundo, con ‘hay un camino’.

El Presidente Chávez, quien se ha dedicado a recuperarse de un cáncer fuera de la escena pública, busca ser reelecto para un tercer mandato consecutivo. Está aferrado a su personalidad arrolladora, a un aparato de propaganda que se mete con total facilidad en la vida cotidiana de los ciudadanos de a pie, y llena todos los espacios a través de la vocería de ministros y equipos de trabajo.

Este baile pegado entre política y el mensaje del amor no es nuevo y parece la inspiración de su nueva campaña.

Chávez está presente en el imaginario colectivo desde 1992 tras la rebelión militar del 4 F. Lleva la ventaja del político experimentado, curtido del discurso mordaz, frontal, que sin rodeos llama a sus rivales al centro de la pista.

Este mismo lunes, ya inscrito, empezó a lanzar sus sablazos: “¡Hay unos ‘majunches’ que están pistoneando por ahí, pero les vamos a dar nocaut!”, gritó enérgico a la multitud, con una fuerza que, de no ser por su rostro aún inflamado por los efectos de las radioterapias, no se espera de un candidato convaleciente.

Sabe que en el ejercicio de la democracia, expresar lo políticamente correcto es táctico y necesario. Por eso al inscribirse ante las autoridades del ente comicial pronuncia lo que todos los venezolanos quieren escuchar: “Me comprometo a reconocer los resultados del 7 de octubre”.

Y no solamente se muestra de buen ánimo ante la marea roja expectante que no lo veía desde su discurso del pasado 13 de abril en Miraflores, sino que arenga a su pueblo por tres horas, y se monta con los cantantes llaneros Cristóbal Jiménez, Cristina Maica y Reina Lucero para entonar a voz en cuello serenatas del monte.

“En cada camino tuuuyo/

llano queriiido/

hay una huella sagraaada/

y en cada mata de espiiina/

en tu raudal /

hay una herida que saaangra..”

Entonces su inscripción ante el CNE se vuelve una fiesta, un espectáculo por el que, a decir de muchos de sus seguidores, vale la pena tomar un bus y viajar hasta veinte horas.

“Gracias Dios mío, gracias pueblo mío por esta vida. Ahora estoy de nuevo frente a ustedes y a nombre de ustedes, y en nombre de la Patria inscribiendo la candidatura" dice con su chaqueta tricolor y su boina roja.

Lo ha presentado José Vicente Rangel, un notable de la izquierda venezolana. Lo flanquean sus hijas Rosa Virginia y Rosinés, la menor, quien lo mira atenta y le dice fuera de micrófono: “Papá, toma agua”. “Sí, ahorita” responde obediente el padre.

Con él, como una muralla que no deja filtrar aguas de división, todos sus ministros están presentes. La inscripción resultó una aplanadora de símbolos que le ganó el primer número al “formato” preparado para Capriles.

Chávez recicla sus fórmulas. Apeló al amor en el año 2006, durante la campaña por su primera reelección.

Fue famosa la cuña en la que apareció con una camisa celeste, cuando era habitual el color rojo, o el uniforme militar: “He gobernado estos años por amor. Por amor hicimos Barrio Adentro, por amor hicimos Mercal, todo lo hemos hecho por amor. Necesito más tiempo, necesito tu voto, tu voto, por amor...”.

Seis años más tarde, el mensaje es el mismo, pero su efecto en el electorado es más profundo.

La situación de su salud, las decisiones en materia de seguridad social y el envión que su Gobierno ha dado a la construcción de viviendas desplazaron otros puntos negativos de la gestión, o las dudas por su inesperada ausencia pública.

Pero a criterio del periodista Ernesto Villegas, Chávez no ha estado ausente. “En Caracas y otras ciudades del país se están levantando edificios de la Misión Vivienda, y el ciudadano percibe que cada bloque lo está pegando Chávez, por eso es relativo el hecho de estar o no en la calle”. Para Villegas, director del diario Ciudad Caracas y conductor del programa matutino Toda Venezuela, en Venezolana de Televisión, la tendencia a favor del Presidente es irreversible.

Recordemos los números más recientes: Hinterlaces registra intención de voto favorable a Chávez con 19 puntos sobre Capriles. Datanálisis: Chávez: 13 puntos de ventaja. GIS XXI: Chávez: 36 puntos sobre Capriles.

Incluso, como lo explicó José Vicente Rangel en su programa, uno de los principales asesores de Capriles, el norteamericano Peter Greenberg “le otorga al Presidente una ventaja en intención de voto que oscila entre 13 y 18 puntos”.

Las principales encuestadoras del país pintan así el resultado probable del 7 de octubre, pero las cifras arrojan otra interrogante: ¿cómo es que, después de unas primarias abiertas, el candidato de oposición no disfrutó de puntos adicionales producto del buen momento, de claras y nuevas simpatías; sino que pareció tocar muy temprano el techo en su carrera electoral?.

Del lado opositor se trata de un problema de enfoque, de error en la estrategia. “Con ese lenguaje genérico, de obviedades y lugares comunes (...) no se convence a nadie y peor aún, desestimula a quienes quisieran votar por él”, ha expresado el ex diputado Alberto Francheschi.

En el chavismo, el profesor Roberto Hernández Montoya apeló a al llamado ‘principio de Peter’ . “Todos llegamos a un punto en que no podemos seguir ascendiendo porque entramos al nivel de la incompetencia. Creo que la oposición pasa por una situación terrible, porque no puede retirar al candidato, pero dejarlo sería peor ”, opinó.

Venezuela, un país aficionado al análisis político — presidencialista por tradición e intenso en la crítica, con sus ídolos colectivos, como Simón Bolívar, el Tío Simón o José Gregorio Hernández— sigue siendo un país polarizado, aunque esta polarización siempre tendrá un lado con más fuerza que otro en las urnas electorales.

Convertido para buena parte del país en objeto de culto, el Presidente venezolano pasó la frontera entre el líder evaluado por su gestión, para ser medido por su carisma y hasta por sus buenas intenciones.

Su discurso rompió desde su entrada a Miraflores con los guiones de una Secretaría del despacho. Más bien su comunicación con el país parece una conversación familiar. La respuesta emocional entre quienes lo siguen pasa de la admiración hasta el frenesí, como aquel bolero de Alberto Domínguez, que tanto canta el propio Chávez.

Quiero que vivas solo para míii/

y que tu vayas por donde yo vooy/

para que mi alma sea nomás de tíi/

bésame con frenesíii/

El poder de comunicar ha sido su mejor arma de seducción. Con 13 años en el poder, es capaz de provocar desmayos e incluso ataques de histeria. Con esa misma intensidad, también ha desatado sentimientos de rechazo y odio.

Cuenta con más de tres millones de seguidores en Twitter y 33 millones de archivos en Google. Por solo hablar de su programa Aló, Presidente, el contacto directo con los ciudadanos alcanza cifras récord: Ha respondido a 25 mil cartas, atendió 990 llamadas al aire y ha interactuado con 8.020 ciudadanos en 378 ediciones del programa en 259 localidades del país, desde La Guajira hasta el corazón el Apure, según los registros oficiales.

La llamada “razón amorosa” escaló a otros niveles el pasado 30 de junio, cuando anunció al país la realidad de su estado de salud, y lo que significaría enfrentar un cáncer. “(...) Con ustedes no quería ni quiero para nada que me acompañen por senderos que se hundan hacia abismo alguno (....)”.

Una aceitada maquinaria comunicacional con influencias del Partido Comunista de Cuba, la izquierda internacional y afilados artilleros criollos de la revolución lanzaron el eslogan: “Pa´lante comandante”.

Las ausencias por motivos médicos fueron superadas por micros sobre obras de gobierno, marchas de apoyo y despliegue de ministros por distintos estados.

“En estos meses hay venezolanos, incluso molestos con el Gobierno, que están haciendo una pausa, y se están guardando la factura para reclamarle al mismo Chávez, cuando se recupere”, analiza el escritor y periodista Augusto Hernández.

A lo largo del gobierno de Hugo Chávez varios han sido los lemas de sus campañas, cada mensaje con espíritu propio: "¡Uh! ¡ah! ¡Chávez no se va!" (2004 - 2006), “Sí con Chávez”, “Patria, socialismo o muerte” (2007), “Vamos con todo” y “Rumbo al socialismo” (2008), Patria socialista y victoria, viviremos y venceremos; Independencia y Patria socialista” (2011).

“Si quieres competir con el presidente Chávez, debes reconocer esa dimensión afectiva, emocional, clasista y existencial, porque un discurso excesivamente racional no tiene ningún impacto”, ha sostenido Oscar Schemel, director de la encuestadora Hinterlaces.

El pasado cinco de abril, Jueves Santo, el Presidente imploró, literalmente, por su vida. Había reaparecido el tumor y fue necesario aplicar radioterapias. Venezuela, un país donde esta enfermedad es la segunda causa de muerte y se diagnostican cerca de 45 mil casos de cáncer cada año, el tema no da lugar a la indiferencia.

Lloraba ante una imagen del Nazareno en su Barinas natal. “¡Dame tu corona Cristo, dámela, que yo sangro/ dame tu cruz, cien cruces, pero dame vida/ porque todavía me quedan cosas por hacer por este pueblo y por esta patria/ No me lleves todavía! (...)”.

El sociólogo Alexis Romero observa que Chávez está conectado, desde hace unos cuántos años con un sector demasiado importante de la población. “Ese sector ha tenido necesidades postergadas durante décadas y siente que va a ser atendido o que ya fue atendido por una persona. Se trata de una relación simbólica y personal muy arraigada. La solidaridad tiene una valoración diferenciadora”.

En contraste, el presidente de la MUD, Ramón Guillermo Aveledo, opina que se ha utilizado la enfermedad del Presidente con fines políticos.

“La situación que se ha dado es atípica. No hubo ningún cambio en las tendencias del electorado porque el candidato opositor está disminuido frente a la personalidad y el liderazgo de Chávez”, afirma el diputado por el Zulia del Psuv y precandidato a la gobernación, Francisco Arias Cárdenas.

Para el analista español, Juan Carlos Monedero, la peor falla de este proceso comicial radica en que la oposición se puso de acuerdo en función de un candidato, y no alrededor de un programa de Gobierno. “Si la oposición no dedica esfuerzos a definir cómo convencer a la ciudadanía, se repetirán sus fracasos como un bucle infinito”.

A partir del 1 de julio comienza oficialmente la campaña presidencial. Junio es el mes para el arranque de este nuevo capítulo electoral en un país donde la política es música. La pista está sonando.

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