miércoles, 4 de abril de 2012

La obsesión Capriles. Articulo de Oscar Hernández Bernalette



OSCAR HERNÁNDEZ BERNALETTE
@bernalette1

Las encuestas hablaron en días recientes. Todas, desde las más confiables hasta las más partidarias coincidieron en que en estos tiempos preelectorales el candidato del Gobierno tiene mayor apoyo sobre el de la oposición. Esa es la fotografía de estos tiempos. La realidad no es necesariamente la que percibe una parte del país. Sorpresivamente y aunque las cifras económicas nos indican una nación con un gran deterioro una parte mayoritaria del país considera que el rumbo que ha tomado Venezuela con este presidente va bien. De allí que el candidato oficialista esté en este momento por encima del otro. Pasarán los días y otras mediciones vendrán y veremos.

Siendo esto así lo que sorprende a cualquier analista es observar la gran obsesión que tienen de los que van adelante por el que no es favorecido por ahora. Entenderíamos que el gobierno nacional debería estar muy tranquilo. Están holgados y por ello se deberían concentrar en gobernar y en la enfermedad de su líder. Sin embargo, observamos una obsesión por Capriles.

No hay espacio televisivo o de radio controlado por el Gobierno en el que no se concentren a destruir al candidato de la oposición. Es definitivamente extraño. Si todo está bien entonces por qué se preocupan tanto. Se llega hasta tal obsesión que hasta los propios partidarios del Gobierno comienzan a sospechar. En las viejas consejas electorales se decía que "ganador no se refiere a perdedor". En términos coloquiales más de estos tiempos quiere decir eso de que ¡águila no caza mosca!

Entonces, deberían estar tranquilos, no perder tiempo y dedicarse a trabajar, resolver los problemas del país. Dejar de mentir y exagerar como con esa afirmación de que la culpa de criminalidad en un Estado es culpa del Gobernador o del Alcalde. Como si no existieran gobernadores y alcaldes del Gobierno con problemas similares. La lucha electoral es en desventaja, tienen mucho dinero y recursos, el Gobierno sabe generar ilusiones y usan los recursos del Estado como propios con total descaro. Para qué tener esa obsesión si están cómodos. Sus excluidos son menos que los dicen estar incluyendo. Allí están las cifras a su favor. Las primarias y tres millones de votos no son nada como diría Gardel. Bajen el tono, no tienen problemas, todo está bien. Si un sector del país piensa que las cosas están mal es solo percepción por lo visto.

Siendo así las cosas tan favorables es que recomendaría que esos espacios dedicados a la obsesión Capriles los usen para educar a nuestros niños y a la población en general, aconsejar a los delincuentes, pedirle a Dios por la salud de los venezolanos, hacer propaganda sobre higiene, sobre buenos modales, sobre preservar el ambiente, recordar que hay que hervir el agua y no sé cuantas tantas otras cosas positivas para la educación del venezolano. El sistema nacional de medios públicos debe descansar del tema Capriles ya que con el culto a la personalidad del Presidente tienen bastante. La obsesión es mala conseja. ¿Por qué más bien no obsesionarse con lograr una mejor calidad de vida para los venezolanos?

oscarhernándezbernalette@gmail.com


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