lunes, 7 de noviembre de 2011

Bosquejos de campaña. Artículo de María Isabel Párraga


Estamos en plena precampaña y lo que hemos visto del oficialismo es el guión de lo no cierto

MARÍA ISABEL PÁRRAGA B.


Una mentira repetida hasta el cansancio se transforma en una verdad. Esa ha sido la premisa básica del entramado propagandístico del gobierno y pareciera que será el norte de la campaña electoral del "nuevo Chávez". Un nuevo candidato-presidente más reposado, más maduro, que ha superado una enfermedad terrible de la mano de Dios y que en esta segunda oportunidad que le da la vida se empeñará en hacer las cosas mejor que antes. Ese es el esquema que el aparato propagandístico está "vendiendo". Pero como por otro lado las encuestas arrojan que la gente está reclamando efectividad, entramos entonces en la fase de los números. Es así como la semana pasada se lanzó como "tip de acción" una supuesta entrega este año de ¿84 mil viviendas? ¿Alguien las va a contar una a una? Luce difícil, pero si el jefe dice que son 84 mil y en todos los programas, micros, cuñas, avisos, etc., etc., etc., de los medios públicos y espacios tomados de los privados se publica y se afirma que esa es la cifra, ¡júrenlo que así será! Esa idea se instalará en las mentes y se creerá como una nueva realidad. Los que se inscribieron en la Misión Vivienda y están en los listados de beneficiarios futuros revivirán su esperanza pensando que en la próxima ronda les tocará a ellos y los que no, querrán hacerlo porque "como que el asunto es cierto".

¿Cierto o falso? No importa mucho. Lo que realmente tiene valor es que el mensaje llegue y si bien la gestión no es buena (según la mayoría de los números) la propaganda no podría ser mejor. La irrealidad se transforma en verdad y, en el peor de los casos, hace que si algo no funcione, el gran público no culpe al jefe directamente sino a un aparato burocrático de funcionarios "ineptos" que no ayudan a quien tanto se preocupa por el país.

Así las cosas paradójicamente tendremos a dos candidatos haciendo promesas. Uno el que resulte de las primarias quien estará en la obligación (gane quien gane) de vender futuro con un programa que entusiasme a todos y otro quien a pesar de haber gobernado trece años se "reinventará" con nuevo empaque, tal cual se hace en mercadeo cuando un producto cae en ventas y se "relanza" con la etiqueta de NUEVO.

¿Cuál será el peso de la mala gestión? Allí está el detalle. ¿Vender futuro con ese pasado tan "pesado"? Y para la propuesta democrática visualizar ese futuro, revelando los puntos oscuros del presente pero trascendiendo al odio y la polarización. Estamos en plena precampaña y lo que hemos visto del oficialismo es el guión de lo no cierto repetido hasta hacerlo verdad, pero del lado de la oposición es preocupante ciertos capítulos de "tensión" no deseados entre las partes en competencia. Aún es el principio, pero nunca está de más el llamado de atención... "Porsiaca, dicen... ".

mariaisabelparraga@gmail.com

No hay comentarios.:

Publicar un comentario