sábado, 29 de octubre de 2011

El morado caldo de las primarias. Artículo de Luis Fernández Moyano


Luis Fernández Moyano
noticierodigital.com



Resultado: estas Primarias, cantadas como el Non Plus Ultra de la democracia podrían terminar abriéndonos las puertas del infierno dictatorial. Antes de octubre del 2012 el terreno estará abonado con los resentimientos de los perdedores del 12F. Después de esa fecha mágica que todo lo promete pero sin garantías de depósito, podríamos salir tan escalfados, que el odio podría volvérsenos contra nosotros mismos. No sería la primera vez. Tampoco la última.

Todo proceso de Primarias es lo que la sabiduría popular considera un mal necesario. Una forma expedita de desatar odios y rencores entre miembros de una misma cofradía por la precaria herencia en disputa. Que suele termina dejando heridas y malentendidos hasta en las mejores familias. Y lo que es todavía peor: con la desagradable sorpresa de que la disputada herencia no sean más que papeles sin valor, deudas al por mayor y una empresa arruinada.

Estas Primarias, las nuestras, que llegaron para quedarse en un momento crucial del régimen, cuando tanto ellos como nosotros nos jugamos la sobrevivencia, no ha sido ni seguramente será una excepción. No sólo porque disputas entre hermanos son disputas de villanos, sino porque los medios empleados han puesto el caldo extremadamente morado y las confusiones de principios y valores, ambiciones y acomodos, trácalas y nauseabundas negociaciones comienzan a dejar el campo de batalla con el dulzón hedor de los cadáveres. El remedio de las Primarias bien podría resultarnos peor que la enfermedad que se pretende -¿se pretende?- curar.

El campo de batalla atraviesa varios estadios. De un lado los electores, a conquistar a cualquier precio y sin considerar los medios; de otro los candidatos, unos muy ricos, otros muy pobres; más allá las empresas encuestadoras, que viven uno de sus más gloriosos momentos crematísticos ante tanta clientela ávida de enmascarar sus reales posibilidades y manipular a mansalva a los ingenuos e ignorantes, que constituyen mayoría; sobre todos ellos, algunos comunicadores, uno de los pocos gremios en bonanza en medio de esta crisis y que más recaudan mientras más morado caldean. Y puesta a un lado, como un catre de campaña medio destartalado, la República. Una señora que algunos compararan con un cuero seco y otros con una vaca de pródigas ubres, que nutre a una voraz corte de mendicantes y pierde en cada ocasión en que la empujan un pelito más hacia el abismo.

Divierte asistir a este carnaval en que un mismo encuestador le da al gobierno y a la oposición mayorías absolutas. Doble cheque por doble estafa. Otros que encuestan para candidatos de izquierda y de derecha, a razón de por lo menos medio millón de bolívares fuertes por encomienda. Políticos que juegan al monopolio de alcaldías y gobernaciones para sus partidos y deciden amparados en la sabiduría del Pero: aquel es muchísimo mejor, pero le fallan los números. Éste es malo con alevosía y no hay cómo protegerlo en los debates, pero me ofrece un realero de votos, gobernaciones y alcaldías al por mayor y está santificado por los números.

Doble falacia: los números mienten como condenados. Y de nada valen sus alcaldías y gobernaciones si saben perfectamente que el sujeto de marras no las tiene como para derrotar al tirano. Caminan por entre las ruinas como la lechera con su cántaro en la cabeza, prometiéndose un establo de una venta imaginaria.

Resultado: estas Primarias, cantadas como el Non Plus Ultra de la democracia podrían terminar abriéndonos las puertas del infierno dictatorial. Antes de octubre del 2012 el terreno estará abonado con los resentimientos de los perdedores. Después de esa fecha mágica que todo lo promete pero sin garantías de depósito, podríamos salir tan escalfados, que el odio podría volvérsenos contra nosotros mismos. No sería la primera vez. Tampoco la última.

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