FÉLIX R. CHACÓN
En hora buena, se siguen sumando candidatos a la lista de aspirantes de la oposición política.
En Venezuela se decía mucho, y aún hay quien lo dice, "es que no hay líderes". Y es entendible porque los humanos necesitamos liderazgo; familiar, moral, religioso, social, educativo, deportivo, cultural, político, económico, en sí, en todos los órdenes del quehacer humano. Pero cuando la queja no carga con ella la visión de liderazgo, es vacía, porque usualmente se convierte en la búsqueda de otros que hagan lo que no quiero hacer dada mi falta de compromiso y responsabilidad ciudadana. Pero sin pensar siquiera que puedo y debo ser un líder sin importar la escala del liderazgo o mi ámbito de acción.
Sin embargo en un momento tan crítico de la República, cuando por fin se asoma la visión de un liderazgo político diverso, pero que parece haber encontrado la vía para sumar con todos y a favor de todos, contagiando con argumentos y acciones a aquellos que los apoyan y a los que aún no lo hacen en pleno, todavía escuchamos a muchos preguntarse, ¿por qué tantos candidatos de oposición?
Quién nos entiende. Primero queríamos líderes, ahora son muchos.
Esa visión no contempla que en primer lugar se conformó un liderazgo desde las bases, y que éste nació de cenizas que todos habíamos ayudado a producir. Siendo así y cerrándose el ciclo, se puede decir que todos hemos fracasado, pero de igual forma somos todos los que estamos ayudando a construir. Esto es lo que usualmente pasa a los humanos luego de períodos traumáticos. Nunca leí que después de una guerra civil se contrataran extranjeros para que arreglen los problemas. Así mismo como no son extraterrestres los que en primer lugar contribuyeron a producir las circunstancias que dieron nacimiento a los problemas.
En segundo lugar, no se toma en cuenta que en términos generales los líderes son los mismos, ni que lo que ha cambiado es precisamente el liderazgo, lo cual es lo verdaderamente importante.
Si así como Ramos Allup, Ramón Guillermo, Oswaldo Álvarez, Eduardo Fernández, Pérez Vivas, Mendoza, Velásquez, y tantos más, acompañados de sus partidos políticos, contribuyeron de una u otra forma a producir lo que nos trajo hasta aquí, antes y durante este período de 13 años, de igual manera hoy están formando parte de la solución. Y así como pudieron haber formado parte políticos (y partidos) más jóvenes como Capriles, Leopoldo, Pérez, Borges Falcón, etc., y los venezolanos todos, ahora también pareciera que hemos comenzado a vernos como entes involucrados, comprometidos, y no abstraídos de la responsabilidad que nos reclama el país.
Estamos a punto de dar el paso final de esta etapa en busca del camino que nos devuelva la cordura democrática para construir el país, reconocer que los venezolanos fracasamos al no entender que la democracia no es mágica ni mucho menos fácil, es más, que es imperfecta pero perfectible, y que aboga por la libertad.
Debemos convertir este período en la última etapa de lo peor que habíamos construido en el pasado y concentrarnos en el futuro.
frcint@attglobal.net
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